A todo esto se agrega ahora que los ciudadanos argentinos que pretendan viajar en sus vacaciones, teniendo como destino mayoritario en el exterior a las costas uruguayas, deberán pagar un 15% más en sus compras con tarjeta de crédito en el exterior.
Si a esto se agrega que para salir de vacaciones, los argentinos tienen que justificar la compra de moneda extranjera, mostrando sus billetes de viaje para que el gobierno les cambie estrictamente a la divisa que se usa en el país de destino.
Si por alguna causa los turistas argentinos debieran suspender el viaje al exterior, deberán devolver en un plazo de cinco días, la moneda extranjera que le compraron al gobierno.
Todo esto se suma a las duras medidas proteccionistas implantadas por Argentina al comercio internacional, que hacen prácticamente imposible la entrada de productos uruguayos en el mercado argentino.
La República argentina encabeza el ranking mundial de países que ejercen un desmedido proteccionismo en las importaciones, según las denuncias presentadas en su contra por este motivo.
Sobre este tema del proteccionismo y de la imposición del cambio para turistas argentinos, el presidente de Uruguay ha señalado que ““Si la Argentina toma, soberanamente, medidas proteccionistas, deberíamos tener la astucia para tener políticas que mitiguen los efectos en nuestra realidad”; sin embargo, “hacemos lo contrario: pregonamos una especie de ‘antiargentinismo’ que no da soluciones pero que, en todo caso, sirve para perjudicar lo que más nos importa: una relación que pueda mitigar los efectos negativos de una política que no nos conviene”, aseveró el mandatario uruguayo.
El presidente sostuvo que las discrepancias son bienvenidas, “siempre y cuando la tormenta no llegue a hacerse infranqueable”. “La verdadera solidaridad es una práctica cotidiana, una forma de vida, una compromiso. En última instancia, nuestro pueblo tiene un horizonte lleno de posibilidades, pero el peligro está en nosotros mismos, transformando nuestras contradicciones en barreras infranqueables, y cayendo en el ‘no se puede’ y en todas esas formas hipercríticas que solo sirven para no movernos en nada”, concluyó Mujica.
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