Un devastador terremoto de magnitud 7,6 en la escala de Richter ha golpeado la península de Noto en la zona central de Japón el lunes, desencadenando una serie de eventos catastróficos. El sismo, sentido incluso en Tokio, ocurrió a las 16.10 (7.10 GMT), dejando un saldo preliminar de dos víctimas mortales y llevando a la evacuación de más de 10.000 personas ante la amenaza de marejadas.
Inicialmente estimado en magnitud 7,4 por la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), posteriormente fue revisado al alza en dos décimas. El hipocentro, inicialmente cerca de la superficie, fue situado a 16 kilómetros de profundidad.
Las consecuencias del terremoto incluyen la destrucción de edificios, cortes de energía eléctrica y la formación de olas de aproximadamente un metro a lo largo de la costa japonesa y Corea del Sur. La JMA emitió alertas de tsunami para las prefecturas de Ishikawa, Niigata y Toyama.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), este es el terremoto más potente en la región en más de cuatro décadas. Rusia y Corea del Norte también emitieron alertas de tsunami temporales, que posteriormente fueron desactivadas. No se reportaron marejadas importantes en el litoral Pacífico de América Latina.
El gobierno japonés ha movilizado a 1.000 militares para misiones de rescate, con otros 8.500 en espera de ser desplegados. Casas destruidas, incendios desatados y daños significativos han llevado al cierre de autopistas en la zona cercana al epicentro, así como la interrupción de los trenes de alta velocidad entre Tokio y la prefectura de Ishikawa.
El portavoz del gobierno, Yoshimasa Hayashi, expresó la gravedad de la situación, destacando la necesidad de intervención militar en las labores de rescate. El ministro de Defensa, Minoru Kihara, informó sobre la preparación de las fuerzas armadas para hacer frente a la emergencia y la utilización de 20 aviones militares para evaluar los daños.
