Este lunes en el estadio Mordovia Arena, Cristiano Ronaldo agredió de un codazo evidente sin el balón a un rival del equipo de Irán y el árbitro paraguayo Enrique Cáceres fue informado del hecho por el Asistente de Video Arbitraje (VAR) y de comprobarse la desleal actitud del portugués no cabía más que la expulsión. Era una agresión directa, no una falta que se puede dar en el fragor de una jugada
Más allá de que la imagen del golpe del portugués sobre el defensor iraní era clara, Cáceres decidió solo mostrarle la tarjeta amarilla y con eso perjudicó al seleccionado de Irán y salvó al infractor de una de una expulsión que merecía.
La FIFA, que amonestó a Uruguay, porque sus jugadores suplentes entraron al campo de juego a festejar un gol, no actúa con la misma severidad y convalida el grave error de un árbitro en contra toda lógica.
Si hay árbitros que no demuestran la capacidad necesaria para dirigir en un Mundial, la FIFA debería tomar medidas.
