“Lo puede padecer cualquier persona que está en el ejercicio del poder” le dijo a Infobae el doctor Harry Campos Cervera (MN 43389), médico psiquiatra y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Consultado acerca de cómo se manifiesta, destacó que en este tipo de personas “se observa todo lo que uno puede tener alguien que ‘se la cree’ con el poder: narcisismo, imagina que lo que piensa es correcto y lo que opinan los demás no, cree que todos los que lo critican son enemigos, etc” y remarcó que estas actitudes “pueden llevar a quien las padece a tomar decisiones erróneas porque la persona pierde la perspectiva de la realidad total y ve sólo lo que quiere ver”.
Ahora, a pocos días de dejar el gobierno, vaya uno a saber que pasa por la mente de la mandataria que se resiste a dejar el poder y no ser el centro de atención y lo más grave, pensar que ya sus órdenes al estilo monárquico, no serán acatadas por las autoridades que estaban bajo su mando.
Al despedirse, según informa el diario La Nación, la jefa del Estado exigió un cuerpo especial de la policía compuesto por 100 custodias, cuando el número dispuesto para cuidar a los expresidentes llega al limite de 30 guardaespaldas. Un delirio más de los tantos que padece la mandataria argentina.
Esos efectivos policiales deberán seguir a Cristina Kirchner a la provincia de Santa Cruz, donde descansará en un principio para luego volver a la Capital Federal a un departamento de la calle Uruguay, volviendo cada tanto al Sur.
R.C. Gómez
Opinión
