El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) de Uruguay, una secretaria de Estado creada especialmente por el gobierno de izquierdas durante el primer mandato del actual presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, le ha negado asistencia a un padre separado, con un hijo a cargo, porque el sistema de ayuda y albergue, está solo pensado para socorrer a mujeres con hijos. En el Mides tampoco le brindaron orientación sobre otros refugios a donde dirigirse.
Según ha informado el noticiero Telemundo 12, Gustavo llegó a Montevideo desde Salto junto a su pequeño hijo Iojan hace diez días. Familiares y amigos les dieron alojamiento durante las primeras noches, pero desde este jueves están en situación de calle.
Gustavo crió sólo a su hijo desde que era un bebé, tras obtener su tenencia por los problemas de adicción que tenía la madre del pequeño. Trabajó muchos años en la construcción y pudo construirse su casa en el Cerro, donde llevaba una vida digna, pero como ocurre en cientos de casos, quedó sin trabajo y en la calle.
“Ayer lo abrazaba a mi hijo que se me durmió aúpa y no lo puedo creer, es un vacío totalmente, no hay palabras, hay que vivirlo en carne propia para darse cuenta lo que es realmente y no se lo deseo a nadie”, dijo.
Gustavo está decidido a salir adelante, mientras sobrevive junto a su hijo en las calles de la capital. “Me tengo fe que voy a salir adelante, siempre positivo, no voy a bajar los brazos porque tengo una hermosa criatura”, finalizó explicando.
Celular de contacto: 097026257
No es cierto lo que afirma usted. Infórmese o tenga la amabilidad de no desinformar. Si trabaja en mides, le entiendo.
no sean tan focas..el mides le.informo de los refugios a los que.podía ir y el tipo no accedió a dar.los datos de el ni del niño..parece que la madre del guri lo está buscando hace un tiempo..
Maleducados los funcionarios del Mides. Le cerraron la puerta en la cara a la periodista de Telemundo. Ellos solo atienden bien alos chorros
Imperdonables!!! Los del Mides ayudan con la plata de todos a los que no quieren trabajar. La ministra Arismendi no tiene perdón
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