En la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, ha señalado que lo verdaderamente importante del 25-M no fueron sus 1,2 millones de votos, sino haber “demostrado que el cambio es posible”.
Ha expresado que “Debemos asumir la responsabilidad histórica de ser una palanca de cambio político en nuestro país”, pero no aclara porque empezó al revés, siendo candidato para Europa y no primero en elecciones dentro de su país.
No olvida la la perugrullada y acota: “No hemos venido a dar la nota, sino a ser la nota de una nueva canción que debemos componer entre todos”.
Dice despreciar la utilización de los medios de comunicación para hacerse conocer y su exposición pública en esos medios le ayudó a transcender. Su frase sobre este tema lo muestra con el mismo estilo político que dice combatir: “Son críticas justas. A mí tampoco me gusta que haya personas que solo por aparecer en televisión sean famosas”.
Este viernes en su página de Facebook escribía anunciando su presencia en un medio de comunicación: “Estoy de camino a @mananascuatro. Entro en breves momentos”.
Uno más que dice una cosa y hace otra. Claramente un político más del montón. Las luces del plató también lo encandilan.
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