El condicionamiento ideológico les lleva a decir a algunos, ciertos conceptos que llegan a transformarse en una broma de mal gusto.
El canciller de Bolivia, David Choquehuanca, con un libreto perimido, que el mundo ya no escucha ante las pruebas evidentes de lo que realmente ocurre en Venezuela, aun trata de ‘convencer’, con una serie de frases que al escucharlas o leerlas sólo provocan vergüenza ajena.
El jefe de la diplomacia boliviana, en un discurso digno de un programa cómico, sostiene que no es necesario activar la Carta Democrática, invocada por el secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, contra Venezuela, porque ese país tiene un gobierno elegido democráticamente y que administra su nación bajo ese lineamiento político.
En el colmo del surrealismo, el diplomático (?) agrega: “En Venezuela no hay dictadura, no se ha interrumpido este proceso democrático, hay un Parlamento que funciona, los poderes que funcionan, que han sido elegidos democráticamente, un Presidente en ejercicio elegido democráticamente, entonces no es necesario activar la Carta democrática”.
Si, si, ha leído bien; “hay un Parlamento que funciona”. Asegurar esto no puede ser más que una bromita del canciller. El Parlamento legisla y promueve leyes y el gobierno en forma inconstitucional, con la complicidad del tenebroso Tribunal Superior de Justicia, anula todo lo que emana del Poder Legislativo, inventado interpretaciones ilegales que no resisten el mínimo análisis jurídico.
La mentira, tiene patas cortas.
Opinión
