Marcando aún más su extraña actitud, el Papa recibió en febrero de este año al nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, con gesto adusto y sin una sola sonrisa y al contrario de las largas entrevistas con Cristina Kirchner en Roma, a Macri sólo le concedió un breve encuentro de 22 minutos.
A pesar de la situación de intolerancia y corrupción del kirchnerismo, el Papa no cuestionó-al menos públicamente- las decisiones del gobierno kirchnerista e incluso ha recibido entre sonrisas a personajes siniestros del gobierno de Cristina Kirchner, como el recientemente procesado Guillermo Moreno, e incluso a pedido expresó de la expresidenta, Bergoglio llamó para felicitarla por su cumpleaños, a la abuela del dirigente Andrés “El cuervo” Larroque del grupo ultra radical ‘La Cámpora’.
Entre esos personajes, el Sumo Pontífice ha recibido a dirigentes gremiales malandras pero, especialmente a Omar “El Caballo” Suárez, el preferido de Cristina Kirchner que tiene su despacho tapizado de fotos de las muchas entrevistas que tuvo con el Papa mientras la justicia investiga extorsiones y estafas que hizo aprovechando su cargo, según destaca en su columna el periodista argentino Alfredo Leuco.
Francisco también ha recibido en audiencia privada a la dirigente Milagro Sala, la protegida de los Kirchner que se cargó la economía de la provincia de Jujuy y que se ha enriquecido en forma personal, desviando en su beneficio-según la Justicia- los recursos de millones de pesos que debían ser entregados a obras sociales. hechos ya comprobados por las denuncias de las propias víctimas, gente pobre de la provincia jujeña. La dirigente está siendo juzgada por sus desmanes y atropellos.
Pero al Papa parece importarle poco el sufrimiento que provocó Milagro Sala a sus conciudadanos y como aliento y respaldo le ha enviado un rosario de regalo.
El pontífice seguramente debe estar mal informado, ya que cuestiona los despidos en oficinas públicas que realizó el nuevo gobierno argentino, al descubrir que eran empleos otorgados por el kirchnerismo como favor político y que no iban a trabajar. Sólo pasaban a fin de mes para cobrar el salario.
Pero ahora para crear más polémica, se anuncia oficialmente que Bergoglio recibirá a la autoritaria presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que en su momento y en medio de su intolerancia feroz, insultó groseramente al Papa y a sus fieles, calificándolo públicamente de “basura fascista”. Luego de esos ataques al Papa, la exmandataria Kirchner, le ordenó a sus seguidores que hablaran siempre a favor de Francisco, ya que ahora era el Jefe de la Iglesia y convenía tener un acercamiento directo y mostrarse junto a él, utilizándole políticamente para sus fines.
Entonces cabe la pregunta: ¿Con quién está el Papa; con el pueblo argentino o con el kirchnerismo?