Argentina: ni la presidenta podría comprar 2.000 dólares por mes

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 (Foto: ICNdiario)
(Foto: ICNdiario)
El jefe del gabinete del Gobierno argentino hizo aclaraciones referentes a las dudas que genera la nueva normativa para la compra de dólares para ahorro personal. El funcionario explicó que “podrán acceder a la tenencia de dólares todos los trabajadores registrados en relación de dependencia, autónomos o monotributistas, inscriptos en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en función del ingreso mensual, habitual y permanente”. Para acceder a la compra los trabajadores deberán “percibir el equivalente a dos salarios mínimos vital y móvil, que es de 7.200 pesos”, puntualizó.
Los contribuyentes podrán comprar divisas hasta un 20% de sus ingresos por mes. De esta manera sólo podrán acceder a los 2.000 dólares mensuales quienes perciban un salario de 80.000 pesos mensuales (unos 10.000 dólares-cambio oficial).
Con este criterio, tanto la Presidenta, el Vicepresidente, el Jefe de Gabinete y el ministro de Economía deberán “conformarse” con entre 1.200 y 1.500 dólares por mes según la información sobre sus sueldos que figura en la página de la Secretaria de la Presidencia actualizado a 2012, según dio a conocer el canal de noticias TN de Argentina.
Lo curioso es que quien aplica esta normativa, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, sería el único funcionario del Ejecutivo que podría acceder al máximo permitido por mes según los ingresos.
El titular del organismo recaudador ostenta el título de ser el funcionario público del Gobierno con mayor sueldo, cercano a los 100 mil pesos mensuales según su declaración jurada.
Con este nivel de ingresos en relación de dependencia, Echegaray supera los 80 mil pesos necesarios para acceder a los 2 mil dólares mensuales permitidos para ahorrar, destaca la información de TN.
Los datos disponibles-hasta ahora- sobre los sueldos de los funcionarios argentinos aparecen en la página de la Secretaria de la Presidencia actualizados a 2012.
Algo, sin lugar a dudas, para figurar en la Biblioteca del Absurdo, si esta existiera.