La Ley Nacional de Migraciones, promulgada en 2005, ordena que los extranjeros condenados en Argentina sean expulsados del país una vez que cumplan cierta parte de la condena.
El juez Marcelo Peluzzi, a cargo del Juzgado Nacional de Ejecución Penal Nº 4, autorizó la expulsión del país del ciudadano uruguayo Luis Mario Vitette Sellanes, uno de los condenados por el robo ocurrido en enero del 2006 a la sucursal del Banco Río de la localidad de Acasusso, provincia de Buenos Aires, y que registra una pena única de 25 años de prisión de cumplimiento efectivo.
Vitette Sellanes, es para muchos una figura de leyenda y tiene más de 7.000 seguidores en Twitter. Su abogado, Diego Storto, en diálogo con C5N de Buenos Aires expresó que “Vitette estuvo preso, ahora quiere estar con su familia, con sus nietos, meter las patas en el charco, es una persona muy afable y ojalá que pueda estar tranquilo y retirarse de la profesión”.
La banda de Vitette constituida por cerca de 8 personas se llevó unos 10 millones de dólares, de los cuáles sólo apareció una pequeña parte.
En 2011 dio una entrevista a la publicación Libre, donde dijo que amparándose en las leyes argentinas estaba en condiciones de ser expulsado a su país y se le negaba tal posibilidad. Allí señaló: “Soy un triste ladrón de gallinas que comete un delito contra la propiedad… Tengo conducta ejemplar, de todas formas si tuviera pésima, también deberían expulsarme”.
Cuando le preguntaron que haría si era expulsado a su país, Uruguay, Vitette respondió de una manera surrealista: “Iré a una casa que tengo y todavía no descubrieron, disfrutaré de mis dos nietos, tomaré un champagne, festejaré. Seguiré saliendo con mujeres mayores de 18 años y menores de 20 y siendo un hombre promiscuo, de mala vida. Siempre digo lo mismo: hasta la próxima vez que cometa un ilícito, no robo más”, aclaró.
La fama acrecentó la leyenda. Ya tiene una canción a ritmo de candombe en Youtube y muchos comenzaron a seguirle en las redes sociales. En su página de Twitter Vitette se define como “Experto en inseguridad. Las cosas buenas que dicen de mi no son tantas, y las malas no son tan pocas”, señala Vitette.
En su página de Twitter escribió minutos antes de salir para Uruguay: “Me trajeron dos del grupo comandó de Alvear y aquí habéis 30 encapuchados para la foto, armas largas y mentes cortas” y luego señaló: “Que agradecimiento enorme siento por la gente de Alvear”.
Ahora vuelve a su país y comienza a escribirse otra parte de la historia.
La sentencia completa del tribunal argentino
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