Nicolás Maduro, el vicepresidente de Venezuela, ha vuelto a dar muestras de haber aprendido de su jefe la intolerancia hacía los derechos democráticos de todos. Ya lo hizo en Paraguay cuando en un acto de intromisión en los asuntos internos de otro Estado, arengó a los militares de ese país para que impidieran por la fuerza que la Cámara Legislativa destituyera a Fernando Lugo de la presidencia paraguaya.
Ahora, en medio de la veda electoral de este domingo por los comicios regionales en Venezuela, donde se eligen gobernadores y legisladores, violó la norma y salió a hablar en la sede de la campaña electoral chavista, el Comando Carabobo, atacando a la oposición y asegurando que “no van a dejar mal” al presidente, Hugo Chávez, convaleciente de una operación en Cuba y destacó que las gobernaciones no son espacios para sabotear la gestión del Gobierno Nacional, sino para trabajar por el pueblo, entre otras acusaciones a los candidatos opositores.
El rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), Vicente Díaz, salió al cruce de estas manifestaciones y señaló que las declaraciones de Maduro tienen un “neto corte electoral, promoviendo la candidatura y la oferta electoral de los candidatos de Gobierno”.
El rector del CNE puntualizó que el vicepresidente “está violando la normativa electoral al promover las candidaturas de sus partidarios, es una violación de la normativa electoral razón por la cual voy a presentar el caso a consideración del Consejo. La rueda de prensa de Maduro está empañando el proceso electoral”.
El opositor Henrique Capriles Radonski, candidato a gobernador de Miranda, ha arremetido contra Maduro por esta actitud y escrito en su cuenta de Twitter que “La rueda de prensa de Maduro que abiertamente viola las normas electorales refleja desespero, nosotros respondamos VOTANDO!”, pidió.
Indudablemente, Maduro, sigue la línea intolerante de su jefe.












