La ultraizquierdista ministra de Igualdad de España, Irene Montero, cuyo partido político Podemos gobierna en coalición con el PSOE, ha vuelto a generar polémica y no conforme con haber creado la ley del Si es si, que reduce las condenas de los violadores y abusadores sexuales y que ha generado el rechazo de la sociedad española, ahora ataca a los ginecólogos, parteras y al personal sanitario que asisten en el parto a mujeres que van a dar a luz. Dice que los profesionales deben pedirle permiso a la parturienta para asistirla en el parto.
A través de una revista de reciente publicación, InMujer, que financia el ministerio de Igualdad, se publica un artículo titulado La violencia obstétrica es una forma de violencia de género, donde se “denuncia” que muchas mujeres serían “violentadas” en el momento de parir. “Visibilizar la violencia obstétrica, denunciarla y poner medidas para erradicarla es imprescindible para acabar con esta violencia física y psicológica que sufren de forma cotidiana tantas mujeres y bebés” y agrega que “No se trata de malas prácticas aisladas. Es fruto de un sistema patriarcal que menosprecia y vulnera los derechos de todas las mujeres y de un sistema productivista que supedita la vida, y en este caso el parto, al mercado. La obstetricia no escapa al machismo de la sociedad”, dice el texto publicado por el ministerio de Irene Montero.
En una parte del artículo se dice textualmente “que a la hora de parir le sean realizados tactos vaginales sin su permiso y por distintas personas, que le suministren fármacos y anestesia sin informarla”, que la van a tocar para ayudarla a dar a luz.
La publicación subraya temerariamente que: “A menudo se responsabiliza a la madre de ser la detonante de una situación de violencia obstétrica. Se le dice que no empuja, no colabora, se queja demasiado, que por su culpa el parto no avanza y se le tiene que aplicar tal o cual maniobra… Con esta estrategia se busca atribuir a la parturienta la responsabilidad sobre lo que ha ocurrido o podría haber ocurrido”.
Lo que no explica Montero es cómo los ginecólogos y las parteras van asistirla en el parto sin tocar a la parturienta.