
Los aficionados estuvieron el miércoles (12) en un foro de São Paulo, donde pagaron la fianza impuesta por la justicia. Veintiuno de ellos pagaron 3 salarios mínimos, el equivalente a US$ 893,43, por delitos de desacato y daños a la propiedad. Dos pagaron cinco salarios mínimos, el equivalente a US$ 1.489,05, pues incurrieron también en delitos de agresión. Los montos serán usados para reparar los daños causados al estadio.
El juez Ulisses Augusto Pascolati Junior fijó un juicio para el día 30 de junio, fecha en que el grupo de hinchas deberá volver al país, de lo contrario, serán declarados en rebeldía. Están acusados de asociación para delinquir, daño a la propiedad, disturbios y agresiones.
El Ministerio Público pidió prisión preventiva para los chilenos, pero el pedido fue denegado por el juez. De acuerdo con la denuncia, el desorden causado por los aficionados causó la destrucción de 150 asientos, un pasamanos, instalaciones sanitarias y la puerta de cristal de la taquilla del estadio.
La investigación señaló que los acusados pertenecen a un grupo organizado de fanáticos que tenían la “intención previa y deliberada de acudir al evento para cometer actos violentos y delictivos”.
Agencia Brasil.-









