Por Raúl Vallarino.-
Con la prisión domiciliaria otorgada a la expresidenta Cristina Kirchner, el tribunal actuante termina condenando a los vecinos del edificio y del barrio a padecer los graves inconvenientes que generan ella y sus acólitos que no respetan ninguna norma de convivencia pacífica.
A los kirchneristas y a su jefa, lo que menos les importa es el sagrado derecho de los demás a vivir en paz. Son violentos y así, alentados desde el balcón dorado por la rea, dan rienda suelta a sus desmanes.
La sentencia de los jueces obliga a los vecinos a soportar durante todo el día, los gritos desaforados de los seguidores, la ingesta masiva de bebidas alcoholicas y las botellas rotas diseminadas en las calles, el humo de los carritos de venta de choripales y frituras, que fueron desalojados pero ya regresaron, los conciertos musicales desafinados de presuntos artistas alternativos, con amplificadores y entre lo más grave, el aumento de la inseguridad en la zona, con más de 15 robos denunciados en las últimas horas.
La condenada, quiere circo y lo expone al pedir al tribunal que aclare si puede o no salir al balcón para saludar a sus seguidores y/o cómplices.
Una reclusa con permiso para salir a mostrarse con total desprecio de las leyes, es una incongruencia que se debe revertir.
El tribunal, con una explicación sin sentido que asombra, le responde que no tiene prohibido salir al balcón durante su prisión domiciliaria. Sin embargo, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 (TOF) le advirtió que lo podrá utilizar siempre y cuando no altere la tranquilidad de sus vecinos.
El dirigente peronista Julio Bárbaro dijo: “Cristina no tiene nada que ver con el peronismo. Convirtió un partido nacional en uno vecinal”.
La paz de quienes viven en el barrio no existe desde que los kirchneristas tomaron las calles de la zona y eso los jueces lo saben, porque Cristina Kirchner no sabe de límites.
Si nunca le importó durante sus gobiernos el hambre de los jubilados y la pobreza infantil, menos se va a preocupar hoy de no violentar los derechos de los demás.
En definitiva, es una supuesta presa con privilegios únicos, así tenga colocada una ridícula tobillera electrónica, que en nada influye porque la corrupta no se va a fugar, ya que solo le interesa el espectáculo y el show donde intenta victimizarse, porque intimamente sabe que la gran mayoría del pueblo argentino no le cree y le ha dado la espalda y esa es la condena que le duele, más allá de la que dictaminaron los tribunales.
Y tiene como ningún preso el permiso para utilizar y escribir a toda hora en las redes sociales y ahora pidió que se autorice la visita semanal de una maquilladora y un peluquero. Además de jueces, estos magistrados son cómicos.
Así se ríe Cristina Kirchner de los jueces y de la paz de los vecinos
👋Tras la aclaración de la Justicia: Cristina Kirchner salió al balcón a saludar a la militancia
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— C5N (@C5N) June 19, 2025
Demasiadas consideraciones para quien arrasó con las arcas del Estado para su beneficio personal y la de sus socios en la corrupción