
En un comunicado emitido este sábado, Hamás, considerado como grupo terrorista por la Unión Europea, Estados Unidos y Gran Bretaña, entre otros países, dijo: “Apreciamos la postura clara y audaz del primer ministro belga, Alexander De Croo, que afirmó su rechazo a la destrucción de Gaza y al asesinato de civiles; y del español Pedro Sánchez, que condenó las matanzas indiscriminadas del Estado ocupante contra civiles en la Franja, y apuntó la posibilidad de que su país reconozca unilateralmente el Estado palestino, si la Unión Europea no da este paso”.

Sánchez se ha reunido con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas y le trasladó el compromiso de España con la solución de los dos Estados. En el encuentro, el presidente socialista estuvo acompañado por el primer ministro belga, Alexander De Croo.
Horas antes, en la reunión con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, el mandatario español le trasmitió la condena de España a los ataques perpetrados por Hamás.
Según informan oficialmente desde el Palacio de la Moncloa, sede del Gobierno español: “En este contexto, ambos mandatarios han mantenido en Jerusalén una reunión con el presidente de Israel, Isaac Herzog, y con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el presidente Sánchez ha podido trasladarles sus condolencias y su máxima condena a los ataques terroristas. Desde el comienzo de esta crisis, el Gobierno de España ha transmitido en numerosas ocasiones la exigencia de la liberación inmediata y sin condiciones de todos los rehenes, así como el derecho de Israel a defenderse dentro del derecho internacional y el derecho internacional humanitario”, dice el comunicado.

El jefe del Ejecutivo español, con chaleco antibalas y acompañado por mandos militares israelíes que le han ido explicando la acción terrorista y sus consecuencias, ha recorrido el kibutz mientras de fondo se escuchaban disparos de la artillería de Israel. En declaraciones a los periodistas, Sánchez se ha confesado “sobrecogido” tras la visita, en la que ha dicho que ha podido comprobar “la crueldad, el sufrimiento y la angustia” que tuvo que vivirse en el ataque.