Al menos 10 personas participaron en el robo de un cargamento de oro ayer (25) en el Aeropuerto Internacional de Guarulhos, según el delegado responsable del caso, João Carlos Hueb.
Los delincuentes tomaron 718,9 kilos de oro, según la policía, más de $ 100 millones.
“Es una pandilla bien organizada que conoce los medios de investigación. Ciertamente no fue su primer robo “, dijo el delegado hoy (26) al detallar la acción de la pandilla. Según Hueb, los ladrones mantuvieron sus rostros cubiertos todo el tiempo y trataron de borrar las huellas dactilares de los autos utilizados en el crimen. Hasta ahora se han escuchado nueve testigos.
El robo
El grupo llegó al aeropuerto ayer a las 14:30 en dos autos disfrazados de vehículos de la Policía Federal. Pesadamente armados, entregaron a los manipuladores de carga y los obligaron a transferir el oro a una de las camionetas. La entrada de los ladrones fue facilitada por un supervisor de logística que había sido obligado a participar la noche anterior, al ser tomados como rehenes varios miembros de su familia.
En la mañana del miércoles (24), el empleado fue detenido por los ladrones en el tráfico mientras llevaba a su esposa a trabajar, en el área de la Avenida Jacu-Peach, al este de São Paulo. La acción fue realizada por una ambulancia, desde donde descendió un delincuente que amenazó al supervisor y obligó a la mujer a ingresar al vehículo utilizado por los delincuentes. El ladrón explicó que su esposa permanecería como rehén y que se le solicitaría que ayudara al grupo en el robo.
Esa misma tarde, el empleado tuvo una nueva reunión con los criminales, cuando lo llevaron a su propia casa y tomaron como rehén a toda la familia: su suegra, su cuñado, su cuñada, dos hijos y un niño en el vecindario. Al día siguiente, el jueves (25), fue llevado junto con los criminales para llevar a cabo la acción. Según la declaración del supervisor, el grupo ya sabía de la llegada de la carga de oro al aeropuerto. El metal, dividido en 31 bolsas, estaba destinado a Nueva York, Estados Unidos y Toronto, Canadá.
Después de la acción en el aeropuerto, el grupo fue a un estacionamiento en São Miguel Paulista, al este de la capital, donde transfirieron el oro a otros dos autos encontrados por la policía. Ninguno de los vehículos utilizados en el crimen es reportado como robado. La policía sospecha que fueron comprados dentro del estado por fraude. Otros dos vehículos también fueron abandonados por los ladrones y no se sabe cómo se transportó el oro a partir de entonces.
Después del robo, la esposa del supervisor fue liberada en Itaquaquecetuba, un municipio en la parte oriental del Gran São Paulo. El funcionario también fue liberado ileso como también el resto de la familia.
Según el delegado, el oro probablemente atrajo la atención de los bandidos por su facilidad de negociación.
“Pueden derretir este oro y despegar el origen ilícito y transformarse una vez más”, dijo.
