El estudio económico del diario uruguayo señala que mientras que los ingresos del sector público no financiero se redujeron por un equivalente de 0,1% del PIB en relación al año anterior, por una menor recaudación de las empresas públicas –a excepción del BPS que incrementó sus ingresos por el equivalente a 0,4% del PIB–, los egresos aumentaron 0,8% del PIB, debido principalmente a transferencias del gobierno.
Esta situación deja al nuevo gobierno de Tabaré Vázquez, que asume en marzo, con un margen de maniobra adverso en un contexto internacional de incertidumbre, y cuando se espera que a mediados de año la Reserva Federal suba las tasas de interés.
El rojo anual del sector público fue el más alto desde el cierre de 2002, el año en que el Uruguay se vio afectado por la mayor crisis económica de la historia reciente. En ese período el déficit fiscal fue equivalente al 3,6% del PIB, apenas una décima de punto por encima del de 2014.