Por un rato Nicolás Maduro se sacó las prendas deportivas (chándal) que utiliza a diario y se puso el traje, camisa y corbata para aparecer por la ONU y que se le viera como mandatario por más que las incongruencias se hacen notorias a nivel internacional.
Una incongruencia: El nombramiento de la hija de Chávez, María Gabriela, como embajadora alterna de Venezuela en las Naciones Unidas, que como “diplomática” lo único que debe saber es que la diplomacia sirve para viajar y tener fueros ante cualquier contingencia. Esto ya no es una burla al pueblo venezolano y a los diplomáticos de carrera de ese país; lo es a la comunidad internacional entera.
Poco tiempo atrás Maduro se enfrentaba a las hijas del su mentor, tratando de desalojarlas de la Casa Presidencial, ya que las jóvenes se negaban a hacerlo y parece que el presidente no encontró mejor forma que sacar-al menos a una- de su residencia nombrándola en un cargo en el exterior.
En la Asamblea de la ONU, Maduro calificó los ataques a Irak y Siria como “una carrera demencial a la violencia, pues más violencia, más terrorismo y un mundo más inseguro ha salido de la mano demencial de quienes dirigen y toman decisiones en estos organismos”.
Si le quitamos la referencia a Siria e Irak, ¿a qué otro país se podría estar refiriendo Nicolás Maduro con la frase anterior?. No vale pensar más de un minuto para resolver el acertijo.












