El PSOE parece que no aprende

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Los medios de comunicación esapañoles hablan y escriben sobre las intenciones de los barones del PSOE que le insisten a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, para que se postule para la secretaría general del PSOE en el congreso extraordinario del próximo mes de julio.
Ninguno parecería pensar en lo que piensan los votantes socialistas y como ven a Andalucía luego del caso de los EREs fraudulentos, la mayor tasa de desempleo que padece la región y la gestión de ese gobierno de la que Susana Díaz ha sido parte. El relevo de Griñán ante la situación insostenible de Andalucía, no se hizo con algún dirigente socialista fuera del gobierno andaluz, se realizó con alguien de adentro porque Susana Díaz era -entre el 7 de mayo de 2012 y el 7 de septiembre de 2013- consejera de Presidencia e Igualdad de la Junta de Andalucía y anteriormente fue senadora por designación autonómica y secretaria de organización del PSOE-A.
La gente busca cambios profundos, caras nuevas y más allá de las buenas intenciones que pueda tener Díaz, no logra separarse de las cuestiones y la crisis interna del PSOE-A.
Una cosa es lo que piensan los votantes socialistas andaluces y otra muy distinta lo que perciben los militantes de todo el país.
Nadie dice que Susana Díaz sea culpable de nada, pero estaba allí, en el gobierno, en medio de la vorágine y del escándalo que envolvió a la Junta.
Los cambios deberían ser profundos y la crisis del PSOE, sólo podría resolverse con decisiones radicales y con gente nueva.
Solo basta recordar cuando Elena Valenciano pidió un cambio radical para Europa en su campaña como candidata al Parlamento Europeo y no tuvo mejor idea que poner como ejemplo de cambio a Andalucía.
“probemos con la izquierda, como en Andalucía. Ya veréis como va todo muchísimo mejor. Vamos a probar con la izquierda y vamos a ganar estas elecciones, que le hace mucha falta a España que ganemos estas elecciones”, dijo Valenciano y así les fue en vista de los resultados.
Los barones del PSOE, parecen pensar igual y no se han dado cuenta de lo que piensa y quiere la gente.