
Hoy se cumplen 29 años de aquel inolvidable momento en que regresaba nuestro histórico caudillo a pisar nueva y definitivamente el suelo oriental. Tras arduos años de batalla desde el extranjero, desde la crueldad del exilio, volvía aquel cuya figura era sinónimo de esperanza.
Aquel día fue recibido injustamente por quienes gobernaban, vilmente y a fuerza de las armas al país, como si fuera una amenaza criminal. En algo tenían razón, él era una amenaza para todos los tiranos enemigos de la libertad y de la Democracia Republicana.
En un gesto más de rebeldía que sería para siempre recordado por lo enigmático, Wilson al ser llevado por los militares alzó los brazos al cielo con los dedos representando la V de la victoria. Esa imagen quedará para siempre grabado en las retinas de todos, lo hayamos visto en persona o a través de la emblemática foto.
Lo encerraron hasta pasadas las elecciones, nos negaron a lo que seguramente hubiera sido nuestro mejor Presidente. Y él en su grandeza de espíritu y su enorme sentir patrio nos dejó más que claro que siempre y sin importar la circunstancias, vale la pena sacrificar por el bien de el País… “Si nos toca bailar con la más fea, pues con la más fea bailamos si en ello va la suerte del país”












