La locura independentista parece no tener límites y perjudica a todos los españoles

0
199

En medio de una de las mayores crisis económicas en el continente europeo, cuando los países deben obrar con cautela, los afanes independentistas de Cataluña provocan aun más la incertidumbre y la confrontación.
No es normal que se actúe así en medio del vendaval cuando lo que se necesita es la unión de todos para ayudar a calmar la tempestad. A río revuelto…dice el refrán popular y eso es lo que parece querer el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que cuanto más difícil se torna la crisis, más presiona con su predica independentista.
Pero la locura parece que le ha llegado a otros actores políticos que ya comienzan a desvariar en medio de una inconciencia atroz que nos lleva a preguntar si los partidos políticos no deberían exigir a sus candidatos un test sicológico previo antes de permitirles ingresar a sus filas.
Los ciudadanos, que en definitiva quienes les pagan los sueldos a estos personajes, merecen respeto y no la burla y la falta de seriedad de esta gente.
Como ejemplo basta citar el caso de la carta enviada por algunos eurodiputados españoles a la vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Justicia, Viviane Reding, donde en el colmo del desvarío denuncian una presunta intervención militar a Cataluña. Los firmantes de la carta fueron la secretaria general de la delegación socialista en la Eurocámara, Maria Badia, Ramon Tremosa (CiU), Raül Romeva (ICV), y Ana Miranda (del BNG, pero en representación de ERC). No la firmaron, además de los eurodiputados catalanes del PP, ni Raimon Obiols (PSC) ni Salvador Sedó (CiU).
Fue tal el revuelo que provocó esta carta, que desde varios sectores políticos surgieron críticas en contra de esta presunción. En declaraciones a la prensa, el secretario general del Partido Socialista español, Alfredo Pérez Rubalcaba, lamentó el contenido de la misiva: “Es una carta absolutamente equivocada, ella (Badia) creo que también lo piensa en este momento”, dijo. Para Rubalcaba, los temores de los que hablan los eurodiputados no tienen fundamento: “No responde a la realidad española en absoluto. Leo esa carta y no veo que se refiera a España”, subrayó.
La eurodiputada socialista María Badia por las consecuencias de su acto, renunció a su cargo de secretaria general de la delegación socialista en la Eurocámara, pero no abandonará su escaño como parlamentaria, claro no vaya a ser que pierda el suculento sueldo que percibe. En realidad renuncia a una función dentro del partido que en nada afecta su desempeño como eurodiputada; todo muy lamentable.
En la prensa el Partido Socialista de Cataluña también censuró la actitud de Badia. Su primer secretario, Pere Navarro, justificó la media dimisión asegurando que la eurodiputada “no calculó las repercusiones” de participar en la iniciativa, y desmintió los lamentos de la carta: “No hay miedo a una intervención militar por parte de España en Cataluña ni a una intervención de los Mossos d’Esquadra para contrarrestar”, apuntó Navarro.
En el diario El País de Madrid, el PP catalán lamentó la carta y la consideró “una irresponsabilidad y una tontería de dimensiones considerables”, en palabras de Alicia Sánchez-Camacho. La asociación Militares para la Democracia, por su parte, denunció la “paranoia” de los eurodiputados ante declaraciones de militares ya retirados y remarcó que los militares “jamás atentarán contra los ciudadanos”.