
“Esas políticas monetarias llevan a la desvalorización de las monedas de los países ricos, poniendo en peligro el crecimiento de los países en desarrollo”, aseguró Rousseff.
La jefa de Estado considera que estos países están promoviendo una guerra cambiaria, con el objetivo de aumentar las exportaciones, por lo que reduce la competitividad en el mercado global de países como Brasil.
Por otra parte Rousseff destacó la gestión realizada por ambos gobiernos, en materia de relaciones bilaterales, resaltando que en la actualidad están en su momento más fuerte, instando a trabajar por incrementar los lazos de cooperación entre ambos países aún más.
“Hemos hecho enormes progresos desde nuestro último encuentro en la relación bilateral”, dijo la mandataria suramericana.
La agenda de Rousseff tiene contemplado, además realizar un encuentro de empresarios de ambos países, en la misma línea los presidentes coincidieron en elaborar trabajos de cooperación en el sector energético, la educación, tecnología, defensa y en lucha contra el narcotráfico y crimen organizado.









