Hoy el PSOE habla de renovación, del “bloque del cambio” junto a los nuevos partidos y exhibe a Óscar López como parte de esa renovación, junto a otras viejas figuras del pasado; entre ellas, Carme Chacón y Patxi López.
Pero López se destaca entre los “viajeros del tiempo” rescatados del pasado por Pedro Sánchez, porque le han vuelto a dar voz como cuando metía a Rubalcaba en líos por hablar de más, como en el escandaloso caso Ponferrada, por el que luego debió pedir disculpas públicas.
Hoy López- “reciclado” -vuelve a su retórica ya conocida e intenta hacer creer a la gente cosas que no son ciertas. Sus recientes declaraciones lo dejan nuevamente mal parado:
“El PSOE ha optado por que no gobierne el PP y por intentar formar un gobierno de cambio y, ahora mismo, podría haber dos bloques: uno donde está el PP, DiL, ERC y Bildu y que suma 142 escaños, y otros 208 diputados que podrían hacer posible el cambio de una u otra forma, con el voto a favor o la abstención: Pablo Iglesias tiene que decidir en cuál de esos dos bloques está”, ha explicado Óscar López.
¿Pero qué dice? ¿No recuerda la alianza entre el PSOE y los independentistas de ERC y de Dil, que están con cuatro senadores del PSOE, prestados por Pedro Sánchez para conseguir su opoyo o su abstención en la investidura en el Congreso?. Todo el mundo lo sabe menos López.
Pero esto no es todo, el portavoz socialista se muestra indignado de las actitudes de Podemos para llegar a un acuerdo de gobierno con el PSOE: “oír hablar a Pablo Iglesias de humildad es un oxímoron, una broma de mal gusto”, después de que el líder de Podemos haya acusado a Pedro Sánchez de prepotencia y arrogancia.
Óscar López ha mostrado la preocupación del PSOE porque, en el documento presentado, “Pablo Iglesias demuestre una obsesión por el control de la policía, de los jueces, de los fiscales, de la Televisión Española y hasta del CNI”. Para el portavoz socialista, se trata de “una involución democrática” y “un grave error en un partido que además dice que ha llegado para regenerar la política y la democracia”.
¿Pero de que se queja López? la actitud de Podemos es ni más ni menos la respuesta a la relevancia que le otorgó Pedro Sánchez en sus negociaciones con Pablo Iglesias.
Que ahora pretenda hacer creer a la gente otra cosa de la que se puede ver, es parte de su viejo discurso que ya se conoce y que nada tiene del cambio que pregonan los socialistas
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