Suena hoy ridículo que a partir de este 1º de febrero, Venezuela pasará a presidir el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), conforme a lo establecido por los estatutos del ente supranacional.
Un país que viola los derechos humanos de sus ciudadanos y que figura entre los Estados más inseguros del mundo en cuanto a violencia, que ahora llegue a presidir el Consejo de Seguridad de la ONU, parece una burla de la organización que a esta altura, debería revisar sus estatutos.
“En febrero asumimos presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU en representación de nuestra patria. ¡Viva Hugo Chávez!”, indicó el representante permanente de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez, en su cuenta en Twitter.
Pero eso no es todo; quien estará sentada en esa silla del Consejo de Seguridad, es nada más y nada menos que María Gabriela Chávez, la hija del fallecido expresidente venezolano, que fue designada por Maduro como embajadora alterna en la ONU.
María Gabriela Chávez, no tiene la menor formación diplomática pero está allí para tenerla lejos y que no le complique la vida a Nicolás Maduro, ya que no se sabía que hacer con ella y sus exigencias.
Ya actuó en el Consejo de Seguridad hablando del virus de´Ébola, en un discurso escrito que leyó en forma impersonal, sin levantar la vista del texto, por temor a perderse alguna línea de lectura.
Dejar la presidencia del Consejo de Seguridad en manos de Venezuela, es como enviar al zorro a cuidar el gallinero.
Todo muy lamentable…