Por José Luis Rondán.- Debo reconocer que desde hace días estaba inquieto, tenía en mi interior, en mis venas, en mi pecho, una cosa que no se definir muy bien que es, respecto a la situación generada por las elecciones parlamentarias en el hermano país venezolano y que me mantenía en alerta, haciendo que me quedará inmóvil ante la pantalla de la TV hasta bien entrada la madrugada.
Aunque soy uruguayo, esa problemática institucional, social, económica y política de la cual tanto y tanto he escrito y dibujado, referida a Venezuela, me ha llevado a lo largo de los meses, a que esos temas también fueran un poco míos, no por escritor o dibujante, sino por americano.
A lo largo de los meses el incapaz omnibusero que ahora tuvo que arrear velas, haciéndose el demócrata, me ha dado infinidad de temas para desarrollar, tanto a través de la escritura, como del dibujo; a él y su magnífica capacidad para darme letra por su ineptitud, GRACIAS.
Por esos lares y después de varias chicanas tales como retirarles las credenciales de acompañantes a los ex presidentes convocados por la Alianza Democrática, extender los horarios de funcionamiento de las mesas electorales, requisarles los equipos de filmación a una cadena tan relevante como CNN obligándolos a funcionar precariamente, mantener en prisión a los principales líderes políticos, etc. el pueblo, dije el pueblo, y no lo que Maduro suele llamar el pueblo, con rostro de matones, salió a las calles masivamente a emitir su voto, a decirle en la cara a los aprendices de dictadores, que NO….Que no les permitirán seguir despedazando su país.
Escuchaba anoche al comerciante de humo (léase Pepe Mujica), expresando desde su auto proclamado podio de todólogo, que a pesar de los agoreros, de los que daban mensajes catastróficos respecto a lo que habría de ocurrir en Venezuela, nada había pasado… Seguro ese era un mensaje para Almagro o para Macri, vaya a saber uno; indicando que el pueblo venezolano ahora debe aprender a convivir.
Esto me lleva a pensar que a pesar de las arengas, de las promesas de salir a las calles, de amenazar al pueblo, de prometer tormentas y tempestades, el incapaz y sus acólitos; el corroído Diosdado, lloriqueando por el silloncito arrebatado y los demás seguidores latinoamericanos que hoy muerden sus labios de rabia mascullando sentencias vacías, no pudieron hacer nada en virtud de la magnitud de la derrota, de la insoslayable golpiza electoral, donde los reprimidos, los presos y sus familiares, los luchadores de cada estrado y cada micrófono, les golpearon en el rostro para decirles que sí se pudo.
A no engañarnos, es mentira que Maduro, que Diosdado, que los Castros y los Mujicas sean demócratas, solo hacen molde porque no les queda otra, y tan es así, que la historia reciente, aunque a veces se pretenda torcer, habla de ellos y no precisamente por demócratas y libertadores, sino por lo contrario.
Si no ocurrió una revuelta, si no se llevaron adelante las promesas del Incapaz, no fue porque éste fuera un visceral demócrata, sino porque quedó con el trasero al aire ante la aplastante victoria de la oposición y realmente, nada podía hacer más que lloriquear desde su sillón de todo poderoso, prometiendo que la revolución,,bla bla…y que la patria…bla bla bla…..Tal cual hacen todos los líderes re fundadores de nuestros países y que más temprano que tarde deberán hacer sus maletas tal cual seguramente las estará haciendo el narcotraficante de Diosdado Cabello, quien al verse impedido del concurso de los sobrinos que ahora están presos en EE.UU. pedirá un papel en la Reina del Sur.
El mundo había puesto sus ojos en Venezuela, Macri se había reunido con la vapuleada Dilma por el tema de la cláusula democrática para Venezuela y ella, con los enredos que tiene en casa, seguramente no se pondría a defender al Inepto; Almagro, quien con su actitud me permite pensar que no solo ocupa el puesto de Secretario General, sino que lo está ejerciendo, aunque ello haya obligado a renunciar a Rosadilla y Cánepa, le mandó el aviso de que la OEA, lo estaba mirando, que no se hiciera el loco, Cuba, el sempiterno amigo, al escasear el petróleo, empezó a mimar a los EE.UU. basado en aquella premisa de que antes que muera yo, que muera mi abuelita que es más viejita; es decir, los abyectos de siempre estaban solos. No son demócratas, no son liberales, como expresara, no les quedó otra que bajar la cerviz y obedecer.
A los luchadores y luchadoras que desde la primera hora supieron construir este triunfo magnífico, inobjetable, vayan mis respetos.












