El Gobierno de Cristina Kirchner es un caso único en el mundo que mantiene en el cargo a un vicepresidente, Amado Boudou, a pesar de estar procesado penalmente por varios delitos económicos.
Boudou ha sido acusado de cohecho y negociaciones incompatibles con su función, cuando era ministro de Economía en 2010, causa por la cual fue procesado en junio de 2014.
Está procesado por el juez federal Ariel Lijo por los delitos de negociaciones incompatibles con la función pública y cohecho. En total tiene diez causas penales en su contra en la Justicia Federal. Es investigado también en otra causa por enriquecimiento ilícito, pero aún no fue llamado a indagatoria. Fue denunciado por el fiscal federal Carlos Rívolo por la supuesta compra fraudulenta de la empresa que imprime el dinero en la Argentina. Está imputado por los delitos de malversación de fondos durante su gestión como director de la Ansés y por falsificación de documentos.
Con funcionarios de los gobiernos kirchneristas también procesados, como Ricardo Jaime, ex Secretario de Transporte, se encuentra acusado en más de treinta causas penales y tiene veinte procesos judiciales en marcha. Por ocultamiento de las pruebas de otro de sus juicios recibió una condena a seis meses de prisión en suspenso, que se encuentra firme. En Octubre 2015, admitió dos delitos de corrupción o Felicia Micheli, ex Ministra de Economía y Producción de Argentina durante el gobierno kirchnerista en el período 2005-2007, año este último en qué dejó su cargo al hacerse público en la prensa que había sido hallada una bolsa de dinero en el botiquín del baño adyacente a su despacho, hecho por el que luego fue condenada por “administración fraudulenta” e inhabilitada para ejercer cargos públicos.
Por el lado del kirchnerismo este es el panorama que se le presenta a los electores este domingo.
Pero Cristina Kirchner teme que de ganar Macri, le caigan con todo a su gestión presidencial y salgan a la luz muchas cosas que se pretenden ocultar y comience el desfile de sus acólitos por los juzgados penales.
La duda era a quien dejar como candidato presidencial en su lugar, y Daniel Scioli era la persona ideal porque jamás osaría rebelarse a sus órdenes y por eso, a pesar que no le tiene simpatía, sabe que Scioli acata todas las imposiciones y se deja ningunear como nadie.
Como será el nivel de acatamiento de Scioli que aceptó vergonzosamente que le impusieran su compañero de fórmula, un ultrakirchnerista como Carlos Zannini y que en las listas a diputados y senadores fueran colocadas personas de la confianza de Cristina Kirchner. Jamás se le consulta para nada, sólo recibe órdenes
La presidenta argentina Cristina Kirchner nunca ha intentado disimular el maltrato político que realiza sobre el candidato presidencial de su partido, Daniel Scioli, al que denigra en cada oportunidad que se le presenta. Lo hace hoy como también lo hizo su marido Néstor Kirchner cuando fue presidente y lo tuvo a Scioli como vice. Ambos lo relegaron siempre a un segundo plano, ante la pasividad y sometimiento del hoy candidato a la presidencia de la República, que jamás se plantó firme para evitar que lo ningunearan.
Al inaugurar la segunda etapa del edificio del Polo Científico y Tecnológico la semana pasada, la presidenta se colocó en la mesa central, acompañada de algunos de sus acólitos y a Scioli lo ha vuelto a colocar en un costado, lejos, como un objeto prescindible.
La fotografía del canal informativo TN, es demasiado elocuente y provocaría lástima por Scioli, si no fuera que él mismo tolera este maltrato y deja en claro que no tiene la fuerza ni la calidad que se necesita para ser presidente de Argentina.
Este hombre quiere gobernar la Argentina…bueno gobernar es un decir; nadie puede ignorar quien dará las órdenes en caso de ganar Scioli.
Opinión
