Desde Latinoamérica nos resulta difícil entender la complicada forma en que España resuelve quien gana y quien no los comicios generales o autonómicos.
Es inconcebible pensar que el partido más votado podría no llegar a gobernar, porque el segundo más votado puede aliarse con el tercero o el cuarto y obtener con sus diputados la mayoría absoluta para formar gobierno.
Parece un despropósito y lo es. Lisa y llanamente significa pasarle por encima a la decisión soberana de la mayoría que con sus votos eligió a un ganador en las urnas.
Esto además desvirtúa la esencia misma de los partidos políticos y sus diferentes formas de pensar y actuar.
Allí está como ejemplo Izquierda Unida (IU) que intenta desmarcarse y ha conseguido un avance ante el PSOE, que dejó a España, al término de los dos mandatos de Zapatero, con cinco millones de parados en uno de los peores escenarios económicos de la historia española.
Pero IU, no ha dudado en formar gobierno con el PSOE en varias oportunidades, dejando de lado las diferencias programáticas y olvidándose de las críticas que le hacen a los socialistas.
Lo que IU no entiende o no quiere tratar de entender es que el fracaso de su socio circunstancial, también es su fracaso, pero termina aliándose, aunque primero quiera aparecer como que no está interesado en ayudar a conformar gobierno.
¿Cuáles son las diferencias entre el PSOE e IU? Sencillamente ninguna, si cuando los socialistas lo necesitan, terminan caminando juntos y ambos son responsables de los aciertos y los errores cometidos.
En el caso de las elecciones de Andalucía, poco parece importarle a IU para pactar con el PSOE, la corrupción de los ERE, los fondos de reptiles, las comisiones del hijo de Chaves o el caso de Javier Guerrero, el director general que gestionó los ERE falsos y que según la justicia habría malgastado fondos de la Junta de Andalucía. Aunque, eso sí, Diego Valderas dirigente de IU solicitará al candidato andaluz del PSOE, Juan Antonio Griñan, que permita que se realice una comisión de investigación sobre la trama de los ERE, que ha destapado el caso de corrupción más importante en el seno de los socialistas andaluces. ¿Y de los demás casos no se pide una investigación?
El Partido Popular
Diferente, si se quiere, es el caso del Partido Popular (PP) puntualmente en los comicios de Asturias, donde haría coalición con el Foro Asturias (FAC) de Álvarez-Cascos.
Todos saben que vienen de la misma raíz; que su pensamiento es similar y son los mismos que eran compañeros en el PP y que por desavenencias internas por todos conocidas, concurrieron a las urnas por separado.
De cualquier manera- para evitar estos “casamientos” por conveniencia- el ganador debería salir de las urnas y no de componendas y arreglos gestados a espaldas del soberano que con su voto ya dio un ganador.
En la mayoría de los países al presidente lo elige el pueblo a través del voto directo en comicios presidenciales, donde conjuntamente también se eligen diputados y senadores, por eso nos resulta difícil de entender que no pueda ganar quien fue el más votado. ¿Es lógico que quien perdió pueda juntarse con otro perdedor y formar gobierno?












