Eugenio Figueredo, exvicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) y exvicepresidente de la FIFA, ha aceptado durante una comparecencia su extradición a su país de origen, Uruguay. El 13 de octubre de 2015, la Embajada de Uruguay en Berna había transmitido a la Oficina Federal de Justicia una demanda formal de extradición y la complementó el 3 de noviembre de 2015.
La Oficina Federal de Justicia ha aprobado la extradición facilitada a Uruguay bajo reserva no obstante de que los EE.UU. no soliciten ser prioritarios. Las autoridades de EE.UU. podrían en efecto declararse de acuerdo con otorgar la prioridad a Uruguay. Si las autoridades de EE.UU. no estuvieran de acuerdo, la Oficina Federal de Justicia será la que decida sobre la cuestión de la prioridad. El 17 de septiembre de 2015, la Oficina Federal de Justicia ya autorizó la extradición de Figueredo a los EE.UU.
El antiguo funcionario futbolístico ha presentado un recurso ante el Tribunal Penal Federal contra la sentencia de extradición de la Oficina Federal de Justicia.
Al igual que las autoridades penales de los EE.UU, las autoridades penales uruguayas también sospechan que Figueredo ha abusado de su función para su propio enriquecimiento. Según estas autoridades, habría aceptado sobornos millonarios a cambio de otorgar a una sociedad de comercialización estadounidense los derechos de distribución concernientes a la difusión de partidos de fútbol.
También lo acusan de mentir para obtener la residencia de EE.UU.
Figueredo también es investigado en EE.UU. por haber mentido para obtener la residencia en este país. En el año 2006, Eugenio Figueredo presentó documentación explicando su incapacidad mental donde falsamente declara que tenía demencia severa.
El documento del Departamento de Estado señala que Figueredo tiene residencia en los Estados Unidos, concretamente en Arcadia, California y que le mintió a las autoridades de Inmigración para obtener la residencia en EEUU.
De acuerdo con una solicitud de naturalización de Figueredo archivada en 2005 con las autoridades de inmigración de Estados Unidos, a partir de 1997 el ahora imputado declara que trabajó en “ventas” en un negocio de “piedras decorativas” en Irwindale, California.
En su solicitud, señala el Departamento de estado, Figueredo falsamente había afirmado bajo pena de perjurio que que él no trabajó en cualquier otro lugar en los cinco años anteriores, ni ha tenido ninguna afiliación con cualquier organización o asociación en los Estados Unidos o en cualquier otro lugar; y (b) que estaba exento de los requisitos necesarios de lengua, educación cívica y exámenes de inglés, a causa de una enfermedad mental que lo dejaba incapacitado.









