
Quito, (Andes).- El diálogo convocado en Quito por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la agencia ONU-Mujeres, que concluyó este viernes, abordó la situación de la mujer y la necesidad de que se establezcan indicadores de evaluación del acceso a servicios y oportunidades a fin de que puedan ser transversalizados en la región.
Según las estadísticas regionales, las mujeres siguen llevando la carga de la familia, trabajan más horas, enfrentan la vida con más zozobra cuando son madres solteras y reciben el 75% del salario que se ofrece a un hombre por el mismo trabajo. La educación parece darles alguna oportunidad ya que 93 de cada 100 suramericanas acceden a la educación básica, aunque esta relación no es homogénea por países.
En el segundo y último día de la reunión de alto nivel realizada en la sede de Unasur, las ministras ecuatorianas Cecilia Vaca, del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social, y Betty Tola, de Inclusión Social, compartieron las experiencias y políticas de Ecuador para mejorar la situación de las mujeres en el país.
Entre ellas mencionaron la universalización de la seguridad social para incluir a las mujeres amas de casa y el reconocimiento del trabajo no remunerado. Además políticas para fomentar emprendimientos y así reducir la dependencia económica de las mujeres, para combatir la mortalidad materna, entre otras.
“Por primera vez se reconoce al trabajo no remunerado del hogar como un trabajo productivo y socialmente útil (…El trabajo de) Las amas de casa representarían un 15,4% de los ingresos que tiene el país, más de lo que representa el ingreso petrolero”, destacó Vaca durante su intervención .
Luiza Carvalho, diretora de ONU-Mujeres para América Latina y el Caribe, señaló en declaraciones a la agencia Andes la importancia de foros como este al señalar que la discriminación y los procesos que excluyen a la mujer no pueden cambiar por sí solos.
“La mujer ha hecho su lucha ella sola; es hora de que estemos todos al borde de esta misma determinación de luchar”, indicó.
En su opinión, las mujeres no podrán alcanzar esa igualdad de género mientras no se comprenda la desventaja de que son objeto en tres niveles: el hogar, el mercado laboral en el ámbito privado y el Estado.
Las experiencias de Chile y Bolivia
La viceministra del Ministerio de la Mujer y la Equidad de género de Chile, Mayra Gloria, expuso a Andes que Unasur ha abogado durante algunos años por incorporar las necesidades de las mujeres y las perspectivas de género en las políticas de Estado, lo cual constituye “un avance sustantivo”.
Ese debate, apuntó, es importante para que en el plano nacional se ajusten las experiencias y se alce una voz regional que permita avanzar, como por ejemplo en cuanto a la presencia de las mujeres en cargos públicos de tanta relevancia como la Presidencia o en ministerios.
“El hecho de ser mujer no habla de la conciencia de género, pero la presencia de ellas pone temas que antes no estuvieron en la agenda pública, a la vez que también establece prioridades que tampoco fueron consideradas con anterioridad”, acotó.
En el caso de Chile, manifestó que la elección de la presidenta Michelle Bachellet, quien ocupó el cargo de directora de ONU-Mujeres, ha influido en los cambios que se han producido a favor de la mujer en su país, donde precisamente se acaba de crear el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Por su parte, la joven Karina Marconi, viceministra de Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Justicia de Bolivia, habló con Andes sobre la situación en su país. Indicó que se ha avanzado bastante desde 2006 con llegada del presidente Evo Morales a la presidencia, especialmente por la constitucionalización de los derechos, con más de 22 artículos en la Carta Magna que benefician a las mujeres y una veintena de leyes, decretos y políticas públicas concretas que han promovido su participación en diversos sectores de la sociedad.
Según dijo, la Asamblea Legislativa está compuesto en un 49% por mujeres. Además, el 47% de las tierras ya están en manos de mujeres, cifras que son superiores a las de años anteriores aunque muestran la necesidad de que sea un mundo “50-50”, con la participación por sexos en igualad de representación. También se avanzó en Bolivia con la declaración del país “Libre de analfabetismo”.
No obstante, persisten problemas como la violencia contra la mujer, el cual consideró un “problema estructural, que responde a un sistema patriarcal” y que se ha comenzado a desmontar desde las normativas y a partir de generar una cultura sobre el tema, por lo cual esta es una prioridad del nuevo Estado Plurinacional.
Por su parte, el secretario general de Unasur, Ernesto Samper, advirtió que la lucha para la mujer este siglo debe ser por un cambio cultural y una de las formas de enfrentar el machismo es la llamada “discriminación positiva”, con un reconocimiento a las mujeres desde el ámbito político llevándolas a los niveles más altos de representación.
“Más allá del rol d la mujer, hay q cambiar la concepción cultural, cambiemos ‘el machismo cultural’, cambiemos percepciones”, escribió en su cuenta en Twitter.












