JE SUIS CHARLIE

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Un silencioso homenaje. Reconocimiento a los colegas dibujantes muertos...
Un silencioso homenaje.
Reconocimiento a los colegas dibujantes muertos…
JE SUIS CHARLIE, esta consigna recorre el mundo, y yo como columnista de ICN diario y caricaturista desde hace más de cuatro décadas, me he sentido conmovido hasta lo más profundo de mi ser por la muerte a manos de crueles asesinos de artistas como CABU, WOLINSKI, CHARBONNIER o TIGNOUS, poniéndome a reflexionar acerca de cuanta basura, cuanta miseria y cuanta crueldad puede desarrollar un grupo humano en nombre de Alá, un Alá concebido para la grandeza, para la humildad, para el perdón y la misericordia y que sin embargo las mentes pequeñas, insignificantes y alienadas lo hacen un Alá del miedo, del terror, de la nada; empequeñeciendo su imagen y haciendo que sólo escuchar su sagrado nombre haga recorrer por las venas el temor a la sangre, a las balas, a la tortura.
Este no es el mundo que los grandes profetas, los guías espirituales, los avatares soñaron para la humanidad; este no es el mundo, la sociedad, las comunidades que esos espíritus superiores pensaron hace mies de años para los seres humanos, pero que esta especie, se empeña en reafirmar como único camino para acceder a su gracia. ¡MENTIRA!….Si hay un dios y percibe toda la mierda que algunas personas derraman sobre sus semejantes en nombre de ellos, seguramente vendrá el castigo divino, ya vendrá, ya viene. Tal vez la miseria de sus propias vidas ya es parte de ese castigo, por ello todos los hombres y mujeres de buena voluntad de este tan sufrido como bendito planeta, reafirmamos que no ganarán, que no se erigirán en triunfadores los malditos de esta tierra.
Desde este rincón del planeta, desde mi Uruguay de paz, vaya todo mi amor, respeto y consideración para los lápices rotos, para las hojas manchadas, para las caricaturas que ya no volverán a florecer, y con seguridad, en este momento, más allá del dolor y la angustia del momento vivido durante el cruel ataque, quienes estarán riendo junto a Dios, bocetándolo y trazando su perfil de mil maneras diferentes, serán los cuatro grandes que ofrendaron sus vidas por el solo hecho de ejercer su sagrado derecho a la libre expresión del pensamiento.
¡Salud camaradas y colegas!
José Luis Rondán