“Los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana"

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El Cardenal Peter Erdö, Relator general del Sínodo, presentó la “Relatio post disceptationem”, es decir la “Relación después de la discusión” de esta III Asamblea General Extraordinaria sobre la familia, que recopila las reflexiones principales que los Padres Sinodales han emitido durante estos días y que constituye la base para los documentos finales del Sínodo.
Asimismo se anunció el tema del 14º Sínodo general ordinario, que se celebrará del 4 al 25 de octubre de 2015, sobre el tema: “La vocación y la misión de la familia de la Iglesia en el mundo contemporáneo”.
En cuanto al acceso al sacramento de la Eucaristía para los divorciados vueltos a casar, la Relación enumera las principales sugerencias que surgieron del Sínodo: mantener la disciplina actual; poner en práctica una apertura mayor para casos particulares, insolubles sin nuevas injusticias y sufrimientos; u optar por la vía “penitencial”.
Entre las conclusiones se expresa:
“112. Un tal discernimiento es indispensable para los separados y divorciados. Debe ser respetado sobretodo el sufrimiento de aquellos que han sufrido injustamente la separación y el divorcio. El perdón por la injusticia sufrida no es fácil, pero es un camino que la gracia hace posible. Del mismo modo, va siempre subrayado que es indispensable hacerse cargo de manera leal y constructiva de las consecuencias de la separación o del divorcio, en los hijos: ellos no pueden convertirse en un “objeto” de contienda y se deben buscar las formas mejores para que puedan superar el trauma de la división familiar y crecer en el modo más posible sereno”.
En cuanto a las personas homosexuales, se subraya que tienen “dotes y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana”. Por lo tanto, se pide que la Iglesia sea “casa acogedora”, manteniendo el firme no a las uniones homosexuales y a aquellas presiones de organismos internacionales que ligan las ayudas financieras a la introducción de normativas inspiradas en la ideología del gender. Sin negar las problemáticas morales relacionadas a las uniones homosexuales se toma en conocimiento que hay casos en el que el mutuo apoyo hasta el sacrificio constituye un apoyo precioso para la vida de los partners. Además, la Iglesia tiene una atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reafirmando que en primer lugar deben ponerse siempre las exigencias y los derechos de los pequeños.
Acoger a las personas homosexuales
“120. Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?
121. La cuestión homosexual nos interpela a una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realísticos de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual: por lo tanto se presenta como un importante desafío educativo. La Iglesia, por otra parte, afirma que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer. Tampoco es aceptable que se quieran ejercitar presiones sobre la actitud de los pastores o que organismos internacionales condicionen ayudas financieras a la introducción de normas inspiradas a la ideología gender.
122. Sin negar las problemáticas morales relacionadas con las uniones homosexuales, se toma en consideración que hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas. Además, la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños”.