Brasil: para los asistentes sociales la represión de la dictadura aún continúa

0
187

La dictadura (en Brasil) ha terminado, pero la represión es todavía practicada por los militares – en este caso, la policía militar – y llega a los sectores más pobres de la sociedad. Casi de manera consensual, esta es la opinión de los profesionales de servicios sociales que participaron en Brasilia de la reunión nacional número 43 de la categoría.
“Nuestra profesión siempre nos ha puesto a la vanguardia de las conquistas sociales. Por esta razón, conocemos muy de cerca los diversos asaltos cometidos en el pasado, durante la dictadura, y en la actualidad, sobre todo en los suburbios”, dice el presidente del Consejo Federal de Servicio Social, Maurílio Matos.
Con la reunión de este año, la junta rescata las experiencias de confrontación con los órganos represivos que se enfrentan los trabajadores sociales y, al mismo tiempo, llevar la lucha actual contra la represión, que todavía llega a los jóvenes, sobre todo negros y pobres en Brasil. “Estamos recuperando la memoria de la lucha contra los trabajadores sociales represivas y tratamos de dar visibilidad a los que luchan por la libertad y la democracia”, dice Matos.
“Brasil está dividido en clases. Existe un verdadero apartheid [segregación] en nuestro país, con ciudades construidas a clases separadas. Esta división es la fuente de muchos problemas tratados sólo superficialmente por los medios de comunicación. Nuestros medios de comunicación habla de los problemas de tráfico y mal estado de salud, pero no apunta al verdadero origen de estos problemas, que es la desigualdad social “, argumenta el presidente.
Reducir estas desigualdades fue uno de los estímulos para Joaquina Barata, ahora de 78 años, que se enfrentaba a la dictadura militar en la juventud. “El problema es que la lucha de clases continúa. Y las fórmulas que alcanzaron incluso a engañar a los segmentos de la ciencia social contemporánea”, destaca la trabajadora social Joaquina y recuerda que en el momento en que era estudiante, “enseñó teorías conservadoras que expresan, sin duda, el pensamiento de la clase dominante; pobres e indigentes fueron considerados como ‘inadaptados'”.
Cuando se habla de la dictadura militar, se cree que los grupos de izquierda “subestimaron el poder y la crueldad de la derecha.” “La dictadura se ha convertido cada vez más criminal, violenta y destructiva. Duró 20 años, creando una cultura del silencio, de miedo, y de arruinar carreras, vidas y la evolución del país”, dice Joaquina.
Entre los resultados de este choque, destaca la transformación que se ha producido en la Amazonia, que en ese momento era “un montón de espacio”, y que, a partir de entonces, se convirtió en “territorio de la escasez”. De acuerdo con la trabajadora social, en otros resultados es “claramente visible”, la violencia en la periferia de las ciudades, la propagación de las drogas, el trabajo esclavo y la disolución de los valores.
Lucha por los sueños que tenía para Brasil costó un alto precio por Joaquina y su hijo, que fue detenido a finales de los años 70 cuando, a petición de un amigo, distribuía folletos en frente de una escuela cuyo director pertenecido a un grupo político vinculado la dictadura. “No sé hasta qué punto existe conexión, pero mi hijo, que terminó el curso en ingeniería, se convirtió más adelante en un paciente psiquiátrico cuyo delirios con recuerdos de la dictadura siempre aparecen”.
Los participantes de la reunión de los trabajadores sociales dicen que no son pocos los casos de hijos de activistas políticos traumatizados por la violencia hecha al país durante la dictadura. Inspirado en situaciones como la vivida por la familia de Joaquina, Rosalina Santa Cruz escribió un libro – aún no publicado y titulado Stolen Childhood – que hablará acerca de tales historias. Rosalina dice son casos muy comunes de los niños con secuelas después de presenciar los absurdos actos cometidos por militares.
“Mi hijo es todavía un ejemplo. Cuando era un recién nacido, fue utilizado por los militares para amenazarme. Irrumpieron en mi casa y, además de no dejar que lo alimentara, que decían que lo iban a tirar desde el quinto piso del edificio. En la adolescencia, tuvo serios problemas de adicción y se convirtió en un chico extremadamente tímido. Creo que tiene que ver con el trauma del pasado en la infancia, sobre todo por haber estado lejos de nosotros”, cuenta Rosalina.
Para esta mujer, lo más lamentable es que “este tipo de tortura ocurre en la actualidad.” En la reunión, los trabajadores sociales pidieron la eliminación de la Policía Militar.

Fuente: Agencia Brasil