El temor a perder si se reforma la ley electoral en España

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La reforma electoral que propone el PP para promover la elección directa de alcaldes en España, ha provocado la reacción airada de algunos partidos políticos que se niegan a un cambio radical donde como sería lógico- en cualquier democracia- ganaría el candidato que recibe más votos en las elecciones y no como hasta ahora que quienes pierden los comicios se juntan y forman gobierno, desplazando a quien fue elegido por la mayoría.
¿A qué le temen? ¿Es la inseguridad en sus propias fuerzas?. En una democracia quien recibe más votos gana, lo demás no seria justo, ya que dos que salieron perdedores llegan a un acuerdo, suman sus concejales y forman gobierno a espaldas de lo que quiso la mayoría.
La reforma que pretende el PP, puede tener sus errores, pero con el diálogo se puede solucionar. Los populares dicen en su proyecto es que la lista más votada, siempre y cuando obtenga un 40 % de los votos y cinco puntos de ventaja sobre la siguiente formación, obtenga automáticamente la mitad más uno de los concejales.
El PSOE que como se sabe ha bajado en las preferecias de los votantes y otros partidos con un caudal menor de adhesiones- que poca posiblidad tendrían de lograr esas mayorías sin acuerdos con otras formaciones como UPyD, Alternativa Galega de Esquerda (AGE)- afirman que es un proyecto antidemocrático. Ya que si se hiciera esa reforma electoral, no podrían coaligarse con otras fuerzas para obtener un gobierno en algún municipio.
¿Qué es más antidemocrático? ¿El voto directo de la mayoría o que partidos que perdieron se junten y desplacen al que la gente ha votado?.
El PNV, matiza y dice que todo se puede discutir aunque también califica de “antidemocrática” la medida.
Izquierda Unida (IU) señala que la reforma de la Ley Electoral es ‘una barbaridad’ pues reduce la proporcionalidad.
En la realidad, se han visto incongruencias donde formaciones que no tienen punto de encuentro, se han aliado con el sólo fin de obtener un gobierno y eso es injusto con la ciudadanía.
Que el proyecto debe hacerse por consenso es lógico y que se debe lograr una reforma que posibilite la elección directa, también; sería justo con la gente.