La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena abogó por generar sistemas agrícolas más diversificados y resilientes, ya que el cambio climático ha establecido efectos importantes en el ciclo del agua, en los suelos y en las zonas costeras de América Latina y el Caribe, especialmente en América Central, por lo que es necesario actuar de forma urgente.
“Necesitamos desarrollar sistemas agrícolas más diversificados y resilientes, desarrollar alternativas productivas en condiciones climáticas variables”, enfatizó Bárcena, agregando que “como una oportunidad para reflexionar sobre el papel de la agricultura familiar, no solamente como productora de alimentos, sino también como protectora de la agrobiodiversidad”.
Las declaraciones las realizó la máxima representante del organismo internacional en el marco del V Seminario regional agricultura y cambio climático cuyo tema es “agrobiodiversidad, agricultura familiar y cambio climático”, organizado por la CEPAL y la FAO, con auspicio de la Cooperación Francesa y el patrocinio de IICA y Oxfam Gran Bretaña, donde participan funcionarios de los ministerios de Agricultura y Planificación de la región, representantes de organismos de innovación agrícola y especialistas internacionales.
En esta línea Bárcena expresó la necesidad de reconocer los conocimientos tradicionales acumulados por los agricultores familiares y los pueblos originaros y nutrirse de ellos para adaptarse al cambio climático.
“El tremendo rol que han jugado los pueblos originarios y los agricultores familiares seleccionando y manejando estas variedades generación tras generación”. “Esta acumulación de conocimiento no ha sido suficientemente reconocida”, expresó.
Por otra parte el representante Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Raúl Benítez destacó, que sí bien es cierto, América Latina ha cumplido el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que establece la reducción a la mitad del porcentaje de personas con hambre entre 1990 y 2015, aún queda mucho trabajo por hacer en materia de aumentar la producción de alimentos, reducir los desperdicios y pérdidas y proteger el medio ambiente.
“Si podemos apoyar a los gobiernos y a las organizaciones de productores, promoviendo políticas públicas adecuadas para encarar el cambio climático y dotar de recursos a los agricultores familiares, habremos dado un gran paso para asegurar que ningún hombre, mujer, niño y niña tenga que vivir con hambre en nuestra región. Podemos ser la última generación de latinoamericanos y caribeños en convivir con el hambre”, acotó.