Fiscal de Venezuela insiste que hay una conjura nacional e internacional contra el Estado

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Gráfico con el presunto equipo de "conspiradores"
Gráfico con el presunto equipo de “conspiradores”
La inefable y mediática Fiscal General de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, ratificó la existencia de una conjura nacional e internacional contra el Estado venezolano, que-según ella- contempla ataques a instituciones públicas y planes de magnicidio para atender contra el presidente de la República, Nicolás Maduro.
Ortega Díaz, que ve una cámara de TV o un micrófono y se lanza desesperada a ofrecer declaraciones ha señalada que estas acciones están dirigidas a la desestabilización del Estado, añadió al comentar que el Ministerio Público ha iniciado una serie de investigaciones y acciones para garantizar la seguridad del pueblo, de las instituciones y de las autoridades venezolanas. “Estamos investigando y todavía no hemos llegado al fondo de este problema porque es más grave de lo que nos ha arrojado la investigación, vamos a seguir investigando y tomando medidas”.
Estas expresiones las ha brindado en el programa del veterano periodista afín al régimen, José Vicente Rangel, que se emite por Televen.
Fiel a su defensa del chavismo, la fiscal Ortega repite una y otra vez lo mismo, “Nosotros como Estado no podemos quedarnos de brazos cruzados, tenemos que actuar, el Estado tiene mecanismo y herramientas para actuar, pero siempre respetando el debido proceso, respetando todos los derechos humanos de las personas aún cuando sean conspiradoras, aún cuando su actuación atente contra el Estado de derecho, las instituciones y el Presidente de la República”.
En cuanto a lo del respeto al debido proceso y al “respeto los derechos humanos de las personas aún cuando sean conspiradoras”, cualqueira sabe que es una farsa, nada de eso existe en Venezuela.
En el colmo, hasta presentan un gráfico donde aparecen los supuestos “conspiradores”: María Machado, Gustavo Tarre, Diego Arrea, Henrique Salas Romer, Eligio Cedeño, Pedro María Burelli, Robert Alonso, Ricardo Koesling, y el funcionario estadounidense Kevin Whitaker.