El expresidente sudafricano Nelson Mandela, ícono internacional en la defensa de los derechos humanos por su lucha contra la segregación racial, ha muerto este jueves, día 5 de diciembre de 2013, a los 95 años de edad.
Su azaroso camino hacia la libertad y la igualdad de oportunidades del ser humano estuvo siempre plagado de inmensas dificultades y enormes sacrificios. Tachado de criminal, no por sus hechos sino por sus altruistas ideales, pasó 27 largos años en prisión antes de convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica después de tres siglos de dominación de la minoría blanca. Finalmente, la paciencia y la resistencia darían los frutos deseados.
Mandela, un héroe contemporáneo, ha contribuido de manera excepcional a construir un mundo mejor a través de su defensa de la libertad y la dignidad del ser humano. Con el diálogo como instrumento y la justicia social como misión, su figura ha traspasado fronteras, llegando a todos los confines del planeta y anidando en los corazones de los hombres buenos, sin distinción de razas, banderas, clases o religión.
El mundo aplaudió, aplaude y aplaudirá incansablemente la labor de Nelson Mandela. Su herencia se transmitirá de generación en generación. Vivirá para siempre. Descanse en paz.












