Los enfados de Artur Mas

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La definición de la R.A.E. sobre la palabra “vedette” dice: 1. f. Artista principal en un espectáculo de variedades y 2. f. Persona que destaca o quiere hacerse notar en algún ámbito.
Cualquiera de estas dos definiciones le van a don Artur Mas: La primera porque sin lugar a dudas es el artista principal del espectáculo circense que ha montado en Cataluña con el tema del independentismo y, la segunda por ese afán de protagonismo delirante que le llevado a no reconocerle el cargo de vicepresidenta del Gobierno y presidenta en funciones Soraya Sáenz de Santamaría.
Don Artur, con un afán de protagonismo desmedido, se ha sentido ofendido por no poder presidir la entrega de las Medallas de Honor de la patronal catalana Foment del Treball por no ser tratado protocolariamente como la máxima autoridad y por lo tanto se ha negado a ir al acto y en un ejercicio de intolerancia, ha enviado en su lugar al conseller de Empresa y Ocupación, Felip Puig.
Artur Mas entiende que él debía cerrar el acto y no la vicepresidenta en funciones de presidenta del Gobierno nacional, desconociendo-una vez más-el Artículo 13 de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, que explica claramente:
1. En los casos de vacante, ausencia o enfermedad, las funciones del Presidente del Gobierno serán asumidas por los Vicepresidentes, de acuerdo con el correspondiente orden de prelación, y, en defecto de ellos, por los Ministros, según el orden de precedencia de los Departamentos.
Y en este caso la vicepresidenta ejerce la titularidad del Ejecutivo español, ya que Mariano Rajoy se encuentra en el exterior.
Las actitudes de Mas, ya no son lógicas, cada día pierde imagen frente a los catalanes y cada vez está más claro que este mandato al frente del Govern, será el final de su carrera política. Ya las encuestas lo dicen.
Debería probar suerte en el mundo del espectáculo de variedades, aptitudes tiene.