Encuesta revela la desconfianza de los españoles en los políticos y los banqueros

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La Fundación BBVA presenta los primeros resultados del Estudio Values and Worldviews, que examina un amplio conjunto de percepciones, actitudes y valores centrales de los ciudadanos de 10 países europeos en épocas de crisis económica.
Se ha encuestado a 15.000 personas de 18 y más años en 10 países de la Unión Europea: Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, República Checa, Suecia. El trabajo de campo ha estado a cargo de Ipsos, y se ha desarrollado entre noviembre de 2012 y enero de 2013. El diseño y análisis del estudio ha sido responsabilidad del Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA.
Se identifica un grupo de países (Países Bajos, Dinamarca, Suecia) con un mayor nivel de información, asociacionismo, participación, una valoración más favorable de la democracia y un nivel más alto de confianza institucional. Y un segundo grupo, en el que se ubica España e Italia, caracterizado por un menor nivel de asociación y un mayor nivel de desconfianza respecto a las instituciones públicas y sus representantes.
Los políticos constituyen el grupo social que menor confianza genera en Europa en general y en España en particular (media de 3,0 y de 1,5 respectivamente en una escala de confianza de 0 a 10).
Mantener el Estado de Bienestar es prioritario para un 66% de los europeos (81% de los españoles), aunque suponga pagar impuestos más altos. Los españoles quieren que se incremente el gasto público en sanidad (78%); en atención a discapacitados (75%), mayores (73%) y parados (69%); en educación (65%) y en investigación científica (62%).
El informe subraya que, mientras la mayoría de los europeos centran la responsabilidad del Estado en la protección social, los españoles le atribuyen además una mayor responsabilidad en la intervención de la economía: control de precios, beneficios de las empresas y salarios.
Los españoles, los que más participan en manifestaciones. La participación social y política también es desigual en Europa. La participación en campañas de recogida de firmas es la acción más extendida, seguida de la participación de los ciudadanos en su papel de consumidores, comprando o boicoteando determinados productos por motivos políticos, éticos o medioambientales. Los españoles son los europeos que más han participado en manifestaciones y huelgas en el último año (el 23% y 21% respectivamente frente al 10% y 8% en el promedio europeo). Entre los españoles un 7% se movilizó en respuesta a una convocatoria que recibió vía internet o redes sociales (4% en el promedio europeo).
Distancia de los jóvenes con los partidos políticos. Mientras que la afiliación a partidos políticos es muy baja en todos los países, el nivel de simpatía con los partidos difiere según países y según segmentos. El nivel de simpatía es muy mayoritario en Dinamarca, Suecia, seguidos a distancia por Países Bajos, y menor en Reino Unido, República Checa y Polonia. En España, el 44% simpatiza con algún partido, porcentaje que varía muy significativamente según la edad: el 59% de los españoles de 65 y más años frente a tan sólo el 35% de los jóvenes de 18 a 34 años.
La valoración del funcionamiento de la democracia difiere entre países. Mientras que la mayoría de los españoles e italianos creen que la democracia en sus respectivos países funciona mal (media inferior a los 4 puntos en una escala de 0 a 10), los daneses, suecos, alemanes y holandeses expresan una valoración muy positiva (superior a los 6 puntos).
Visión muy crítica de los políticos. Existe una percepción ampliamente compartida de que los políticos dedican más atención a sus propios intereses que a los de la sociedad. En este contexto, los políticos constituyen el grupo social que menor confianza genera en Europa en general y en España en particular. Por el contrario, médicos, científicos y maestros son los que suscitan mayor nivel de confianza. Los españoles se sitúan entre quienes valoran más desfavorablemente a los jueces, militares, empresarios, religiosos y políticos. La confianza en los políticos en España llega a niveles mínimos (media de 1,5 en una escala de confianza 0 a 10 frente a una media de 3,7 en una medición realizada por la Fundación BBVA en 2005) y los más bajos de todos los países examinados (1,5 frente al promedio europeo de 3.0).
Universidades y partidos políticos, los dos extremos de la confianza institucional. La confianza institucional en Europa se mueve en niveles medio-bajos. Las instituciones que mayor confianza suscitan son las universidades, el ejército y los tribunales de Justicia, correspondiendo los niveles más bajos a los partidos políticos, los bancos y las empresas multinacionales. España se distancia del promedio europeo por un nivel de confianza mucho más bajo en la mayoría de las instituciones, especialmente respecto al Gobierno nacional, los bancos y los sindicatos.
División de opiniones sobre la intensidad de la crisis económica nacional. Existe una distancia valorativa en cuanto a la gravedad de esta crisis según los distintos países. Así, mientras que en España e Italia más del 80% cree que se trata de una crisis económica nacional “muy grave”, este porcentaje se sitúa en torno al 10% en Suecia y Alemania
Los principales responsables de la crisis. Los europeos distribuyen la responsabilidad de la crisis en un amplio conjunto de grupos e instituciones, entre los que destacan los políticos, los bancos, los gobiernos nacionales, los dirigentes de la UE, las compañías financieras y las agencias de calificación. Los españoles destacan de la media europea por adjudicarle mayor responsabilidad en la crisis a las empresas constructoras y menor responsabilidad a “los países del Sur de Europa”.
Los españoles son los que más declaran verse afectados personalmente por la crisis. La crisis económica es percibida de manera desigual por la población de los países europeos analizados: los españoles, checos, italianos, británicos, polacos, franceses y, en menor medida, los holandeses se sienten “muy” o “bastante” afectados por la crisis económica. Daneses, suecos y alemanes son quienes menos sienten personalmente la crisis. El 73% de los españoles se siente muy o bastante afectado personalmente por la crisis.
La mayoría de los europeos ha desarrollado nuevos hábitos de consumo frente a la crisis. La mayoría en Europa y, de forma más amplia, en España ha desarrollado nuevos hábitos de consumo con el fin de reducir el gasto del hogar. En concreto y entre los españoles, las medidas más frecuentes han sido comprar productos de marca blanca (75%), reducir los gastos en actividades de ocio (73%) o reducir el gasto en alimentos (53%). Además, un 51% tuvo que recurrir a sus ahorros para cubrir gastos del hogar.
PERFIL DE LOS ESPAÑOLES SEGÚN EL ESTUDIO
• Interesados en las noticias de ámbitos nacionales y europeos, pero bajo nivel de seguimiento de la información en la prensa
• La economía monopoliza sus preocupaciones y se sienten muy afectados por la crisis. En este contexto, un segmento significativo se ha movilizado durante el último año frente a medidas políticas y económicas (el 23% ha participado en alguna manifestación y el 21% en una huelga), al tiempo que una amplia mayoría ha incorporado estrategias personales de reducción del gasto: más del 70% en el último año ha comprado productos de marca blanca y reducido sus gastos en actividades de ocio, y más del 50% ha reducido sus gastos en alimentos y ha recurrido a sus ahorros para hacer frente a los gastos de su hogar
• Se expresa un bajo nivel de confianza en las instituciones políticas y económicas (a las que responsabilizan en gran parte de la crisis), siendo muy marcado el descontento con la clase política (media de confianza en los políticos de 1,5 en una escala de 0 a 10). Muy baja afiliación política, pero un segmento importante (el 44%) siente simpatía hacia algún partido
• Aunque se valora negativamente el funcionamiento de la democracia, el voto en elecciones democráticas es valorado como el principal mecanismo para influir en los asuntos públicos
• La mayoría apoya la economía de mercado (aunque de forma moderada), al tiempo que están divididos respecto a la diferenciación de los ingresos según el esfuerzo personal (55% se decanta por ingresos más equilibrados con independencia del esfuerzo individual frente a 42% que cree que los ingresos deberían diferenciarse en función del esfuerzo)
• Amplio apoyo al Estado de Bienestar (el 81% apoya un Estado que brinde un amplio sistema de seguridad social aunque suponga impuestos más altos), abogando también por amplios mecanismos de intervención del Estado en la economía
• Esta amplia demanda de un papel muy activo del Estado cristaliza en el contexto de la crisis: se prefiere aumentar el gasto para estimular el crecimiento antes que implementar recortes para cuadrar las cuentas públicas, son partidarios de mantener o incluso aumentar el gasto en áreas propias del Estado de Bienestar, expresando una fuerte adhesión a medidas de regulación (control de beneficios, regulación de bancos) y de estímulo (subvencionar la contratación de jóvenes, aumentar la inversión pública)
• Se valora negativamente (al igual que sus pares de la eurozona) el efecto del euro en la economía nacional pero se rechaza abandonarlo. Aunque la mayoría (55%) desea que España mantenga la autoridad sobre su política económica, un porcentaje significativo (38%) cree que la UE debería tener más autoridad sobre las políticas económicas de todos los países miembros
• Los jóvenes españoles se encuentran más distanciados de los partidos políticos (el 35% de los 18 a 24 años simpatiza con alguno de ellos frente al 59% de los españoles de 65 y más años), al tiempo que constituyen el segmento más informado y movilizado.