Cristina Kirchner: “Hay salud pública cuando los presidentes se atienden en los hospitales públicos”, pero a ella la operan en uno privado (Video)

CFK dijo en 2012: "Hay salud pública cuando los presidentes se atienden en los hospitales públicos. Lo demás es puro cuento", aunque ella se atiende en uno privado, lujoso y caro (Ver video)

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Cristina Kirchner

Por Paco Tilla.-

En un giro del destino que dejaría a los guionistas de Inception rascándose la cabeza, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha vuelto a protagonizar un episodio de “geografía selectiva”. Corría el año 2012 cuando, con la épica que la caracteriza, sentenció: “Hay salud pública cuando los presidentes se atienden en los hospitales públicos. Lo demás es puro cuento”.

Nueve años y varias internaciones después, parece que el “cuento” se volvió un best-seller de la literatura clínica privada.

La gran mudanza de los principios

Ayer, la comitiva oficial no enfiló hacia el Hospital Argerich ni hacia el Clínicas. El GPS, ese aparato a veces más rebelde que un militante de base, se “confundió” de nuevo y terminó estacionando en el Sanatorio privado Otamendi.

¿Qué pasó en el camino? Aquí algunas teorías que manejan los analistas de pasillo:

  • Efecto Doppler Ideológico: A medida que una frase se aleja en el tiempo, su significado cambia de frecuencia hasta que “Hospital Público” suena exactamente igual a “Sanatorio Privado con Wi-Fi y sábanas de 400 hilos”.

  • La Teoría del Espejo: Quizás, en la cosmovisión del Instituto Patria, el Otamendi ha sido nacionalizado y popularizado en secreto, y el resto de los mortales simplemente no recibimos el mail de confirmación.

  • Solidaridad Inversa: Para no colapsar las guardias del sistema público —donde la gente espera horas por una placa—, la Dra. Kirchner decide, en un acto de extrema generosidad, dejarle su lugar a un ciudadano de a pie y “sacrificarse” en una suite del Barrio Norte.

El diccionario K-Español / Español-K

Para entender este fenómeno, debemos actualizar nuestras definiciones. Según el manual de estilo vigente, la frase original de 2012 debe leerse hoy con letra chica:

“Hay salud pública cuando los presidentes se atienden en hospitales públicos… siempre y cuando el anestesista no sea de la oposición y el catering sea nivel gourmet”.

Un final de cuento

Mientras los mortales buscamos turno para el 2026 en el centro de salud del barrio, nos queda el consuelo de la coherencia… o de la falta de ella. Porque, al final del día, la salud pública es esa bandera hermosa que se agita en los discursos, pero que se guarda prolijamente en el perchero antes de entrar a la clínica privada.

Como diría la propia Cristina: “No fue magia”. Fue una reserva en el Otamendi.