Montevideo – En una semana marcada por el discurso de contención del gasto público, la Cámara de Representantes de Uruguay se encuentra en el ojo de la tormenta. La gestión del actual presidente del cuerpo, el Lic. Sebastián Valdomir (Frente Amplio), ha quedado bajo cuestionamiento tras conocerse la adjudicación y entrega de cientos de sets de parrilla destinados a los legisladores y funcionarios.
El costo de la cortesía
A través de un proceso de concurso, la Cámara Baja concretó la compra de 600 sets de parrilla. Según los registros oficiales, cada unidad tuvo un costo de $ 793 (IVA incluido), lo que eleva la cifra total de la erogación a $ 475.800.
Si bien el monto por unidad podría parecer menor en el marco del presupuesto estatal, el momento de la compra ha generado un fuerte malestar social. En los pasillos del Palacio Legislativo, la pregunta que resuena es una sola: ¿Es este un gasto prioritario cuando se le exige austeridad a la ciudadanía?
Regalos sin “botón de devolución”
La controversia sumó un tinte insólito cuando tres diputados, manifestando su disconformidad con el obsequio, intentaron devolver los sets a la administración de la Cámara. Sin embargo, la respuesta administrativa fue negativa: no se aceptan devoluciones. Al parecer, el sistema no previó un protocolo para reintegrar obsequios institucionales una vez entregados.
Ante la imposibilidad de rechazar el objeto de manera formal, los legisladores optaron por una salida alternativa para desligarse del cuestionado presente.
Destino: “Malos Pensamientos”
Los sets pertenecientes a estos tres diputados tendrán un destino mediático. Serán donados al conocido comunicador Orlando Petinatti, quien anunció que los sorteará entre la audiencia de su programa radial, Malos Pensamientos.
Este episodio reaviva el debate sobre los gastos de cortesía en el ámbito político uruguayo y la distancia entre el discurso de ahorro fiscal y las prácticas cotidianas en el Parlamento.
