Por Raúl Vallarino.-
El mensaje del Padre Eliomar Carrara de la Iglesia de Belén en Malvín Norte, era claro y concreto: “Un día como hoy…🙏 1⁰ Diciembre 2017, el Señor llamó a nuestro querido Padre y pastor Julio Elizaga. Hoy, lunes, celebraremos la misa por él, 19.00 hs…
Y allí estuvimos, recordando los años en que compartíamos con Elizaga momentos fundamentales en nuestras vidas. Las palabras de Eliomar, emotivas y hermosas, nos llevaron a través del tiempo a los días en que todos recibíamos sus acertados consejos que tanto nos marcaron en la vida.
Recuerdo el artículo que escribí sobre el Padre Elizaga en 2017:
La Iglesia Católica de Montevideo, dio a conocer este viernes la triste noticia del fallecimiento a los 88 años del querido sacerdote Julio Elizaga, líder de la Renovación Carismática en Uruguay, exorcista designado por la Santa Sede, pero más allá de todo un enorme ser humano, siempre dispuesto a tender su mano solidaria a quien la necesitara.
Durante 52 años estuvo al frente de la parroquia de Belén, en Malvín Norte, su lugar en el mundo que él mismo eligió y del que nunca quiso separarse. Fue experto en ecumenismo, docente, escritor de varios libros y consultor del Vaticano.
Pudo aspirar a los mayores cargos dentro de la Iglesia, pero nada de eso le importaba, solo quería ser un cura del pueblo y estar junto a los más necesitados y su obra fue magistral; creó escuela, merenderos, asistencia jurídica y médica, entre otras realizaciones y su figura trascendió fronteras al lograr devolver la fe a muchos que se habían alejado del catolicismo, trayéndoles de regreso a través de su Renovación Carismática y sus misas multitudinarias con miles de fieles que llegaban desde todo el país y también desde el exterior.
Y obró milagros y suman cientos los testimonios de curaciones milagrosas de enfermos que acudían a su parroquia de Belén.
Luchó contra la incomprensión de muchos que veían en Elizaga a un renovador de las arcaicas posturas de la Iglesia Católica y eso no era bien visto por algunas mentes conservadoras, que al final debieron entender que el sacerdote tenía razón y que miles de fieles le seguían.
Su acercamiento a otras religiones y al diálogo fructífero con estas, también lo colocó en el punto de mira de quienes no entendían y le cuestionaban una marcha por Jesús con iglesias evangelistas.
En lo personal debo decir que el Padre Julio Elizaga fue mi amigo, guía y consejero en los instantes más difíciles de mi vida y que no tengo palabras para agradecerle sus consejos.
Devoto de la Virgen María, me aconsejó siempre rezarle y eso hice, abriendo los caminos a la fe que me trasmitió y que siempre llevaré en mi corazón.
Su obra continuará en la parroquia de Belén a través el trabajo constante de Eliomar Carrara y de sus fieles que afortunadamente somos miles.
Él nos marcó el camino, solo hace falta seguirlo.
Que descanse en paz querido Padre.











