Chile elige presidente exigiendo a los candidatos mejoras en seguridad y migración: según sondeos, serían dos postulantes ya definidos los que irían a segunda vuelta

En las  elecciones del 16 de noviembre de 2025, se elegirá el cargo de Presidente de la República. Además, habrá papeletas para votar por Senadores y Diputados

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Servicio Electoral de Chile (Servel)

Chile celebra este domingo la primera vuelta de unas elecciones presidenciales marcadas por una importante crisis de inseguridad en el que alguna vez fuera el país más seguro de la región, y en las que la derecha, con al menos dos candidatos con chances de pasar al balotaje, tiene un escenario favorable para volver al Gobierno.

De acuerdo con los principales sondeos, la candidata oficialista, la comunista Jeannette Jara (Unidad por Chile, exministra de Trabajo del actual presidente, Gabriel Boric y el derechista José Antonio Kast (Partido Republicano),  son quienes cuentan con más chances de definir en un balotaje quién será el próximo presidente de Chile.

No obstante, otros dos candidatos de derecha, Evelyn Matthei (Chile Vamos, centroderecha) y el también ultraderechista Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario), podrían dar la sorpresa y meterse en la segunda vuelta del 14 de diciembre.

Según el padrón electoral definitivo publicado por el Servicio Electoral de Chile (Servel) para las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre de 2025, están habilitadas para votar:

  • Total de electores: 15.779.102 personas
  • En Chile: 15.618.167
  • En el extranjero: 160.935
  • Extranjeros habilitados en Chile: 885.940
  • Distribución por género:
    • Mujeres: 8.083.768
    • Hombres: 7.695.334.

En las  elecciones del 16 de noviembre de 2025, se elegirá el cargo de Presidente de la República. Además, habrá papeletas para votar por Senadores y Diputados.

Análisis

“La derecha política logró articular un bloque más amplio y movilizado (que la izquierda) y, aunque el escenario en primera vuelta aún tiene elementos abiertos, en el balotaje la derecha tiene más capacidad para sumar apoyos”, dijo a la Agencia Sputnik la cientista política Javiera Arce, integrante de la Red de Politólogas de Chile.

La académica afirmó que Chile atraviesa un ciclo conservador similar al que se observa en otras regiones del mundo, donde se prioriza el orden y la seguridad por sobre las agendas progresistas, siendo la inmigración y el orden público los temas que se tomaron la palestra.

“La derecha capitalizó la centralidad del debate sobre seguridad y migración. Aunque muchos candidatos no detallan cómo implementarían sus propuestas para enfrentar estos fenómenos, la percepción de que el Gobierno no ha logrado resolverlos es suficiente para atraer apoyos”, indicó Arce.

Tras la pandemia, comenzó a registrarse la presencia de bandas criminales internacionales en el país, lo que vinculó estrechamente dos problemáticas que históricamente no caminaban juntas en Chile: seguridad y migración. Hoy ambos temas dominan la agenda pública, los debates y las encuestas sobre las preocupaciones prioritarias de la ciudadanía.

En 2024 se registraron en Chile un total de 1.207 homicidios, un aumento del 176 por ciento en una década.

El primer semestre de este año se registraron 511 homicidios consumados, siendo el arma de fuego el método más común de asesinatos. También, se anotaron 341 casos de secuestros y 3.465 robos con intimidación, según datos del Centro para la Prevención de Homicidios y Delitos Violentos de la Fiscalía Nacional.

La consultora estadounidense Gallup publicó en septiembre su medición global sobre percepción de inseguridad en 144 países.

Según el estudio, el 61 por ciento de los chilenos declaró no sentirse seguro caminando de noche, ubicando al país entre los seis con mayor sensación de inseguridad.

Propuestas

Las propuestas de seguridad pública son variadas, pero en los ocho candidatos se apunta a endurecer el combate al delito, ya sea mediante el aumento de penas, el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad o la aplicación de la tecnología para un mayor control, en especial en las fronteras.

Entre las propuestas de Kast se encuentran tipificar como delito el ingreso irregular por pasos no habilitados, acción que actualmente constituye una infracción administrativa; crear una unidad especializada en Fiscalía para fortalecer la participación de víctimas en procesos penales y establecer programas estatales de apoyo y reparación para quienes son víctimas de delitos.

Matthei, por su parte, propone desplegar cámaras con reconocimiento facial mediante inteligencia artificial en espacios públicos, planteó deportaciones masivas de migrantes condenados y sumar 32.000 nuevas plazas carcelarias, incluida la construcción de una prisión en pleno desierto de Atacama, en el norte del país.

El candidato independiente Eduardo Artés, ligado a movimientos de izquierda, promete restablecer la pena de muerte, eliminada en Chile en 2001, para líderes del crimen organizado. Asimismo, planteó crear brigadas vecinales voluntarias para combatir el delito en coordinación con la Policía.

El ultraderechista Kaiser propone restablecer el servicio militar obligatorio para todos los hombres, crear campos para migrantes detenidos por cruzar por pasos irregulares y ejecutar deportaciones masivas, incluso de personas con hijos nacidos en Chile.

Jara incorporó en su programa medidas orientadas a la regularización y control migratorio, como un empadronamiento masivo con registro biométrico y el fortalecimiento de la vigilancia fronteriza con tecnología militar.

De acuerdo a datos del Censo 2024, el 8,8 por ciento de la población residente en Chile es extranjera y el Gobierno estima que alrededor del 20 por ciento de estos se encuentra en una situación migratoria irregular.

Matthei, Kaiser, Kast y el centroderechista Franco Parisi (Partido de la Gente), han manifestado su intención de “cerrar las fronteras”, y aunque han entregado algunas luces sobre la ejecución de esta propuesta, como construir zanjas en el desierto, levantar una valla, desplegar militares o realizar patrullaje con drones, Chile posee 7.800 kilómetros de frontera terrestre total con sus países limítrofes, además de 6.400 kilómetros de costa abierta hacia el océano Pacífico, haciendo bastante difícil cualquier medida que apunte a un cierre físico como el que plantean los candidatos.