Este editorial sobre las elecciones legislativas de medio tiempo en Argentina, podría tener varios títulos, que se ajustan todos a la realidad política que vive el país y a la crisis que dejó el peronismo – kirchnerismo que intenta regresar a pesar del desastre en que dejó a la nación.
Las elecciones legislativas de este domingo en el país son mucho más que una disputa por bancas: son un examen de conciencia nacional. ¿Los argentinos están dispuestos a repetir la historia que los llevó a la decadencia o a sostener un rumbo que, aunque doloroso, promete romper con décadas de populismo y corrupción?
El peronismo, bajo el sello Fuerza Patria, se presenta como “la alternativa” al ajuste libertario. Pero basta mirar sus listas para entender que no hay renovación, solo reciclaje. Jorge Taiana, de 74 años, exministro y exmilitante guerrillero encabeza la boleta bonaerense. Un hombre que no oculta su simpatía por regímenes autoritarios como Venezuela, Cuba y Nicaragua. ¿Ese es el futuro que ofrecen? ¿Un pasado setentista disfrazado de progresismo?
Detrás de Taiana, la foto es aún más elocuente: Cristina Kirchner, condenada por corrupción; Sergio Massa, el exministro de Economía que dejó 211% de inflación y 42% de pobreza; y Axel Kicillof, el gobernador que insiste en fórmulas que ya fracasaron. Ninguno hace autocrítica. Ninguno explica cómo evitarán repetir el desastre que dejaron. Hablan de “unidad” y “defender derechos”, pero callan sobre la inseguridad que desangra al conurbano y la corrupción que vació el Estado.
Mientras tanto, Javier Milei llega con logros parciales: inflación en baja, superávit fiscal, y un discurso anticasta que sigue calando en una sociedad harta de privilegios. El costo social es alto, sí, pero la pregunta es: ¿Los ciudadanos quieren seguir pagando el precio del cambio o volver a la comodidad del relato que los empobreció?
El último gobierno kirchnerista dejó 19,5 millones de pobres, 5,4 millones de indigentes y una deuda récord. Sumó causas judiciales por asociación ilícita, lavado y enriquecimiento ilícito. A esto se suma la inseguridad: más del 55% de los argentinos se siente hoy más inseguro que hace un año, y la corrupción se consolidó como la principal preocupación ciudadana, incluso por encima de la inflación y esto lo destacan los principales medios de la Argentina
Estas elecciones son un plebiscito sobre el pasado y el futuro. Si el peronismo gana, será la confirmación de que la memoria es corta y la resignación larga. Si Milei resiste, será la señal de que Argentina, por fin, decidió romper con la lógica del fracaso.
A Milei las encuestas lo ubican cerca del 36-37%, frente al 32-34% del peronismo. El escenario está abierto, pero la tendencia es clara: la gente quiere cambio, no reciclaje.
La decisión está en manos de los votantes: ¿más de lo mismo con el kirchnerismo o la oportunidad de profundizar el cambio?













