El Foro de São Paulo, fundado entre otros por Lula da Silva y Fidel Castro en 1990 tiene -entre sus cometidos- la toma de todas las instituciones y lo expone claramente en el Documento base del XXIII Encuentro del Foro de São Paulo desarrollado en Managua en 2017, donde dice textualmente:
“La izquierda debe proponerse la toma de todas las instituciones y no solamente la presidencia o las diputaciones. Es importantísimo la toma del poder judicial, los aparatos militares y los medios de comunicación. La izquierda debe aprovechar las jornadas electorales como tribuna para denunciar a la derecha y posicionar su proyecto. Utilizando no solamente lo que pasa en cada país, sino lo que pasa en el resto del mundo, ya sea a nuestro favor o cuestionando al imperialismo”.
Lo que está ocurriendo hoy en Brasil, parece demostrar que el gobierno de Lula ya ha tomado el poder judicial, donde ha comenzado a designar magistrados afines y amigos de izquierda en el Supremo Tribunal Federal (STF), en forma indisimulada donde ya no existen dudas de que el presidente busca blindarse de futuras acusaciones en su contra por acciones fuera de la Constitución durante el ejercicio de sus mandatos presidenciales.
Los miembros del Supremo Tribunal Federal, denominados “Ministros” son nombrados por el Presidente de la República. El cargo no tiene mandato fijo: a menos que el ministro renuncie, estará en él hasta su jubilación, es decir, cuando cumpla los 75 años de edad.
Desconfianza en el STF
Esto provoca suspicacias, porque de los 11 actuales ministros que componen el STF, Lula ha nombrado durante sus administraciones a cuatro magistrados y su aliada, la expresidenta Dilma Rousseff, a otros tres, totalizando entonces siete jueces a los que se agrega Alexandre de Moraes que fue designado por Michel Temer, pero ahora aparece muy cercano al actual presidente, según explican analistas del país norteño.
Ocho jueces afines en 11, otorga la mayoría para condenar o liberar a un acusado.
Los tres restantes; dos fueron nombrados por Jair Bolsonaro y uno por Fernando Henrique Cardoso.
Es importante señalar que los últimos dos ministros digitados por Lula, uno es Cristiano Zanin, su abogado personal y el otro es su amigo, Flávio Dino, miembro del Partido Comunista de Brasil.
La revocación del visado de Moraes por parte de Trump cuenta con el apoyo del 47% y el rechazo del 42%, según una encuesta de Datafolha.
“Ya no hay instituciones, hay tiranos con togas”, denuncian políticos y opinan sobre la prisión domiciliaria de Bolsonaro
El líder del Partido Liberal (PL) en la Cámara de Diputados, Sóstenes Cavalcante (RJ), señaló que el expresidente Bolsonaro es blanco de una venganza política. “Ya no hay instituciones, hay tiranos con togas”, escribió en redes sociales. “Ahora lo encierran en su propia casa, como a un criminal”.
Marcel van Hattem (Novo-RS) calificó el fallo de absurdo. “Es absurdo que Bolsonaro esté en prisión domiciliaria el mismo día que se publica un nuevo informe de Vaza Toga sobre los abusos de Moraes el 8 de enero”, declaró.
Por su parte, el senador brasileño Flávio Bolsonaro, hijo del exmandatario, pidió este lunes que el Senado inicie un proceso de destitución contra el magistrado de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, después de que este decretara la prisión domiciliaria de su padre, por violar medidas cautelares.
Flávio afirmó en entrevista con la filial brasileña de la CNN que la resolución «no tiene ni pies ni cabeza» y dijo que era una decisión «cobarde» e «inmoral» de De Moraes, instructor del caso contra el expresidente (2019-2022) por supuestamente liderar un intento de golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022.
«No tiene condiciones (de seguir siendo magistrado); está llevando a la Corte a un gran desgaste», declaró el político, quien aseguró que hay «decenas de senadores» dispuestos a apoyar el proceso y que hablará con el presidente del Senado sobre el asunto.