Asamblea Legislativa de El Salvador aprueba reformas constitucionales para modernizar el sistema electoral y habilitar reelección presidencial indefinida

Entre ellos destaca la habilitación de la reelección presidencial indefinida la extensión del mandato presidencial de cinco a seis años y la eliminación de la segunda vuelta electoral

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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele

Con 57 votos a favor, la Asamblea Legislativa de El Salvador, dominada por el partido oficialista Nuevas Ideas del presidente del país, Nayib Bukele, aprobó y ratificó una serie de reformas a la Constitución de la República, orientadas a actualizar el sistema electoral salvadoreño. La iniciativa, impulsada por la diputada de Nuevas Ideas, Ana Figueroa, busca —según sus proponentes— fortalecer la democracia, optimizar el uso de los recursos públicos y alinear las reglas electorales con la voluntad popular.

Las reformas, aprobadas en las sesiones plenarias ordinarias 66 y 67, introducen cambios significativos al marco constitucional vigente desde 1983. Entre ellos destaca la habilitación de la reelección presidencial indefinida, la extensión del mandato presidencial de cinco a seis años y la eliminación de la segunda vuelta electoral.

Reelección presidencial sin límite

Los artículos 75 y 152 de la Constitución fueron reformados para permitir que el presidente de la República pueda optar a la reelección sin restricción de periodos. Según los legisladores oficialistas, esto equipara las condiciones del cargo presidencial con las de otros funcionarios de elección popular, como diputados y alcaldes.

“Con esta reforma, el pueblo tendrá la libertad de decidir si desea continuar con una administración o darle paso a una nueva. El poder soberano reside en el ciudadano”, afirmó la diputada Ana Figueroa.

Se eliminó del artículo 75 el ordinal que sancionaba con la pérdida de derechos ciudadanos a quienes promovieran la reelección presidencial, y del artículo 152, la cláusula que impedía postularse a quienes ya hubiesen ejercido la presidencia en el período inmediato anterior.

Mandato presidencial de seis años

También se modificó el artículo 154 para extender el período presidencial de cinco a seis años. La nueva redacción aclara que ningún presidente podrá continuar en funciones ni un día más tras finalizar su mandato, salvo en el caso de una reelección, donde el nuevo periodo comenzará el mismo día en que concluye el anterior.

“Esta medida no solo ordena los ciclos electorales, sino que también contribuye a la estabilidad institucional y a la reducción de costos operativos del sistema democrático”, explicó Figueroa.

Supresión de la segunda vuelta

Otra de las reformas aprobadas fue la modificación al artículo 80, que elimina la segunda vuelta electoral para la elección presidencial. A partir de su entrada en vigor, el candidato que obtenga la mayoría de votos en primera vuelta será declarado ganador.

El presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, sostuvo que esta medida permitirá al país ahorrar alrededor de $50 millones por elección, recursos que —según dijo— podrán ser invertidos en áreas prioritarias como salud y educación.

“Las segundas vueltas no solo duplican el gasto electoral, sino que también prolongan la incertidumbre y la polarización política. Esta decisión fortalece la eficiencia democrática”, afirmó Castro.

Además, se aprobó una disposición transitoria para homologar los calendarios electorales. Para ello, se reducirá de cinco a tres años el actual mandato presidencial, lo que implica que el período del presidente Nayib Bukele —iniciado en junio de 2024— concluirá en junio de 2027.

La unificación permitirá realizar una sola jornada electoral para elegir simultáneamente a presidente, diputados y concejos municipales. Según los legisladores de Nuevas Ideas, esta sincronización evitará la “campaña política permanente” que ha caracterizado al país por décadas y aliviará el desgaste del electorado.

Reforma bajo contexto democrático

Durante la discusión parlamentaria, los diputados oficialistas señalaron que las reformas responden a una demanda ciudadana y a un contexto de gobernabilidad democrática. Ernesto Castro recordó que la Constitución de 1983 ha sido modificada en al menos 25 ocasiones, muchas de ellas en contextos de pactos entre élites políticas sin consulta popular.

“A diferencia de reformas anteriores, estas enmiendas tienen un origen genuinamente democrático. No estamos creando una nueva Constitución, sino corrigiendo lo que fue impuesto en otro tiempo”, aseguró Castro.

Desde el oficialismo, también se destacó que el nuevo esquema reducirá los gastos derivados del financiamiento público de campañas, que durante años —aseguran— han beneficiado a partidos tradicionales sin generar resultados visibles para la población.