En un operativo calificado como “audaz, ético y sin un solo disparo”, el Gobierno de Colombia confirmó la liberación de los 57 militares que habían sido secuestrados en El Tambo, Cauca. El rescate fue ejecutado con éxito por una operación conjunta entre el Ejército Nacional de Colombia, la Policía Nacional y la Fuerza Aérea, tras la negativa de los captores a entablar diálogo con la Defensoría del Pueblo y actores de la comunidad internacional.
El anuncio fue hecho por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien expresó que “nuestros soldados y policías tienen todos los derechos y el respaldo del Estado. Actúan con respeto a los derechos humanos, pero también con firmeza frente al crimen”. En sus palabras, calificó el secuestro como un “ataque a la institucionalidad, un ataque al Estado y un atentado contra la esperanza del país”.
Capturas en flagrancia y consecuencias penales
Durante la operación también se logró la captura en flagrancia de varios de los presuntos responsables del secuestro extorsivo, delito que contempla penas entre 25 y 40 años de prisión. Además, el Gobierno advirtió que si se cometen homicidios u otros delitos en la zona como consecuencia de la salida forzada de la Fuerza Pública, las responsabilidades penales de los autores materiales e intelectuales se incrementarán.
“El Estado no negocia con el crimen. Desde el primer momento supimos que no íbamos a ceder”, recalcó Sánchez. “Nuestra Fuerza Pública actúa con legitimidad y con una ética superior, incluso en medio del caos, el riesgo y la incertidumbre”.
Reconocimiento a las tropas y mensaje a las comunidades
El ministro extendió su reconocimiento a la cúpula militar y policial, al equipo de la Fiscalía General de la Nación, y especialmente a los miembros de la Tercera División del Ejército y la Policía del Cauca, quienes lideraron el operativo en terreno.
Por su parte, el Ministerio de Defensa destacó que los 57 militares fueron recibidos “como se recibe a los héroes: con orgullo, gratitud y respeto”. Tras más de 48 horas en cautiverio, retornaron “firmes, serenos y con el mismo compromiso que los llevó al Cañón del Micay: proteger a Colombia”.
Sánchez también dirigió un mensaje claro a las comunidades:
“No se dejen instrumentalizar por estructuras criminales. Abandonen los cultivos ilícitos y únanse a los planes del Gobierno por la legalidad y el futuro de sus hijos. El Estado es permanente, los criminales no”.
Finalmente, reiteró que la voluntad de paz del Gobierno no anula la misión constitucional de la Fuerza Pública: “Seguiremos actuando con legitimidad y firmeza. Colombia está cansada del terror, del dolor y de la muerte. Vamos a desmantelar estas estructuras criminales que pretenden seguir sembrando miedo”.