Uruguay | El Parlamento analiza prohibir la venta de bebidas energizantes a menores de edad

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Por Facundo Ordeig.-

La representante por el Departamento de Soriano, María Fajardo, presentó ante la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social del Parlamento de la República una iniciativa que pretende prohibir la venta de bebidas energizantes a niños, niñas y adolescentes para así evitar que los mismos accedan a químicos que resultan nocivos para su desarrollo psicofísico, de igual manera que sucede con el tabaco o el alcohol, pero, ¿cuáles son los riesgos que conlleva su consumo?

Para entender mejor este punto, debemos tener en cuenta que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el estímulo que las mismas otorgan es una consecuencia de la interacción de sus componentes en el sistema nervioso central, el sistema cardiovascular y el sistema endocrino, pero a pesar que los mismos provienen de extractos vegetales, minerales e incluso de compuestos vitamínicos, sus recetas no son más que una mezcla de cafeína con taurina, teobromina, teofilina, l carnitina, ginsenósidos y glucuronolactona. Elementos que de acuerdo al Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos son causantes de episodios de ansiedad, de temblores corporales, de taquicardia, de arritmia, de aumento de la presión arterial, de problemas gastrointestinales e incluso desbalances hormonales además de una adicción que a largo plazo es capaz de provocar daños hepáticos, coronarios y renales, pero ¿acaso no es responsabilidad de los padres velar por la integridad de sus hijos?

Claro que lo es, pero de acuerdo al último informe de la Junta Nacional de Drogas un 54% de los adolescentes entre 13 a 17 años consume bebidas energizantes, existiendo un aumento del consumo del 92% en apenas seis años, quizá, la razón por la que la Diputada de Alianza Nacional ha incluido en el proyecto de ley que tanto el Ministerio de Salud Pública como el Ministerio de Educación y Cultura deban realizar campañas de concientización sobre el impacto de las mismas tanto en la psiquis como en el organismo.

De todas maneras, con una tendencia al alza en el consumo de las distintas sustancias nocivas es necesario considerar que, si bien es un problema en si mismo, también es consecuencia de una sociedad que enfrenta amplias carencias en lo que concierne a la salud mental. En este sentido UNICEF señaló en 2020 que esta tendencia no responde en exclusiva a una disminución de la percepción del riesgo, sino a una valoración más alta de la recompensa que éstos ofrecen, lo que debe ser analizado en conjunto con las declaraciones de la Ministra de Salud Pública, Karina Rando, quien alertó que un 54% de los adolescentes han tenido intentos de suicidio, estadística que va de la mano con las del Ministerio de Desarrollo Social, donde nos encontramos con que desde 2013 se ha triplicado la cantidad de menores de edad que se sienten desesperados, ¿acaso no será momento de replantearnos el modelo de sociedad que queremos? El bienestar de niños y adolescentes depende de ello.