Comparar la acción de las Pussy Riot, con la valentía de Malala es un despropósito

0
187

Todos somos Malala – La UNESCO rinde homenaje a la joven estudiante pakistaní – © UNESCO/Landry Rukingamubiri
Hillary Clinton, Malala y las Pussy Riot, aparecen entre las finalistas de la revista Time, que apenas ha reconocido a mujeres desde que empezó a conceder el título de Personaje del Año en 1927.
Nos parece sumamente justificado que Time empiece a reconocer que las mujeres tienen tanto o más derecho a recibir ese galardón, que parecía volcado a premiar a personalidades masculinas.
En lo que no estamos de acuerdo es en catalogar como heroínas a las escasamente inteligentes integrantes de la banda punk rusa , Pussy Riot, que buscando publicidad, se dejaron manipular por otros y solo ellas terminaron en la cárcel.
No es justo enfrentarlas con una verdadera víctima que si ha demostrado valentía y nos referimos a la jovencita pakistaní, Malala Yousafzai, baleada por un grupo talibán por defender la educación de la mujeres en su país. “Malala, de 15 años, se ha convertido en una fuente de inspiración no sólo en su país natal, Pakistán -donde las guerras culturales sobre los derechos de las mujeres y la diversidad religiosa ha dado muchos giros violentos- sino en todo el mundo”, dice Time.
Al día siguiente del ataque, el 10 de octubre, la Directora General de la UNESCO publicó un comunicado de prensa en el que denunciaba este intento de asesinato. Bokova quería expresar su apoyo a la joven pakistaní, quien se ha convertido en un símbolo de la lucha en favor del derecho a la educación.
La adolescente escribió en su blog sobre el deseo de ir a la escuela sin miedo ante las restricciones impuestas a las mujeres por la ley islámica. El 9 de octubre de este año, militantes de un grupo talibán sacaron a Malala del autobús escolar y le dispararon en la cabeza. La menor fue llevada a un hospital de Gran Bretaña, donde se recupera.
A veces el voto de la gente es contradictorio, y allí pugnando por el título de Personaje del Año, aparecen entreverados como en el tango Cambalache, algunos que solo merecerían figurar en una lista de indeseables por sus crímenes como el presidente sirio, Bachar al Assad.
Deberían ser listas distintas con los buenos y los malos personajes del año, por lo menos sería más justo.