La serie de frases tragicómicas que ha pronunciado este sábado la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, la mostraron como si fuera opositora donde no se siente culpable de las malas decisiones del gobierno que integra.
En un evento donde no se permitió la entrada a los medios de comunicación en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en Buenos Aires, bajo el lema “De castas, herencias, derrumbes y futuro”.
Culpó a quien fuera su compañero de fórmula Alberto Fernández de los errores, como si ella no tuviera responsabilidad en nada. Fue Cristina Kirchner que colocó al presidente en ese lugar. No hay otro culpable. Sabía que colocaba a alguien sin condiciones para ejercer la titularidad del Estado.
Atacó a Alberto Fernández por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), junto a sus ministros, muchos de los cuales son impuestos por ella- y para señalar que no habló luego de que Unión por la Patria quedara tercera en las elecciones PASO porque “ya había dicho el resultado antes”. Claramente reconocíó que sabía que iban a perder debido a la mala gestión de su propio gobierno.
En la comicidad de sus frases señaló: “Quiero reconocerle algo a Massa que es haberle dicho a la sociedad la verdad sobre el FMI, gran decisión”, aunque no explica porqué siendo la vice, no tomó ella esa decisión de hablarle al pueblo sobre el FMI.
Tampoco fue de gran ayuda para la campaña presidencial de su candidato Sergio Massa, porque más allá del tibio elogio sobre el FMI, nada dijo sobre las propuestas a futuro que este ha presentado.
Admite el fracaso
Reconoció el fracaso de la actual gestión en la que participa al señalar: “Le erramos si creemos que la gente se fue para la derecha por querer vivir bien. Querer vivir bien no es de derecha, es de argentinos. Querer tener un buen trabajo y un buen sueldo, tener la posibilidad de acceder a la vivienda propia, comprarte un auto o estudiar, no es de derecha o de izquierda, te diría que es de peronistas”.