Los argentinos ante una decisión crucial para el futuro del país

Un futuro difícil de predecir para un país que hoy está en problemas

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La campaña electoral en Argentina - Fotos ICN Diario

Por Raúl Vallarino.-

En medio de la mayor crisis económica de la Argentina, los ciudadanos elegirán este domingo en las urnas que tipo de país quieren para los próximos años, en una elección primaria donde saldrán los candidatos para los comicios de octubre de 2023.

Con una monstruosa inflación de tres dígitos, un dólar disparado a las nubes, una pobreza que alcanza a casi 20 millones de personas y un índice de indigentes de cerca de cinco millones de ciudadanos, que se suma a un Estado ausente que, dentro de su inoperancia, no resuelve las necesidades de los argentinos, donde la inseguridad crece día a día en cifras pavorosas y la delincuencia campea a sus anchas.

La publicidad en las calles muestra a los precandidatos anunciando su oferta de cambio y desde el oficialismo utilizan el asistencialismo como arma que le puede arrastrar votos. En una explicación sencilla: apuestan a incrementar los planes de ayuda social, volcando enormes sumas de dinero para premiar al que no trabaja y tampoco le interesa hacerlo. Una compra de votos sin disimulo por parte del Estado.

El gobierno peronista – kirchnerista tiene en su precandidato a la presidencia Sergio Massa, la mejor demostración de su falta de coherencia. Massa es el actual ministro de Economía y su eslogan de campaña electoral es el más ridículo de todos: “Si soy presidente voy a derrotar la inflación”. Entonces nadie entiende que hoy, siendo él quien maneja el tema económico de la Argentina, no solucione ya el problema que azota al país. Una especie de chantaje como diciendo, “si me votan, lo arreglo”.

Del otro lado, una oposición que sabe que de ganar, el kirchnerismo duro ya ha anunciado que no le dejará gobernar.

Fotos: ICN Diario

Mientras la inflación crece y los precios de la canasta familiar aumentan día a día, la inseguridad gana terreno y la delincuencia sin freno azota las calles de la Argentina, pero el Estado sigue ausente.

Un futuro difícil de predecir para un país que hoy está en problemas.